La innovación, productividad y crecimiento económico no pueden formar parte de las políticas públicas de corte socialista porque no se basan en mercados libres... |
Mire
en las calles, plazas, trabajos, escuelas y otros lugares públicos como las
personas usan, disfrutan y abusan con la conectividad que los dispositivos actuales
les permiten para comunicarse con sus seres queridos…Todos desean un contacto
inmediato, de calidad, y cualquier demora hace soltar palabrotas al
usuario…Todos quieren una velocidad creciente para sus dispositivos…Hoy, todos
desean computadores más rápidos, más pequeños, más verdes, y capaces de procesar
información hasta 1.000 veces más rápido que los modelos disponibles en la
actualidad, ¿es posible tamaño cambio?. La innovación parece estar llevando ese
sueño a la realidad mediante la sustitución del silicio por materiales que
pueden cambiar de estado eléctrico con suma facilidad.
En
otras palabras, la clave para aumentar la velocidad de nuestros dispositivos
está en sustituir los dispositivos basados en silicio por dispositivos basados
en “materiales de cambio de fase” (PCM) capaces de cambiar, en forma reversible,
entre dos fases estructurales con diferentes estados eléctricos (una, cristalina
y conductora, y la otra, vidriosa y aislante) en mil millonésimas de segundo. Estos
materiales podrían eventualmente permitir velocidades de procesamiento entre
500 y 1.000 veces más rápido que un computador portátil promedio actual,
utilizando menos energía. Los procesadores, diseñados por los investigadores de
la Universidad de Cambridge, el Instituto de Almacenamiento de Datos de Singapur
y la Universidad de Singapur de Tecnología y Diseño, utilizan un tipo de PCM
que puede fundirse y recristalizarse en tan solo la mitad de un nanosegundo
(milmillonésima parte de un segundo) utilizando pulsos de voltaje apropiados.
Los
cálculos que realizan la mayoría de los computadores, teléfonos móviles y
tabletas se basan en dispositivos lógicos de silicio. "Sin embargo, como
la demanda de computadores más rápidos sigue aumentando, estamos alcanzando
rápidamente los límites de las capacidades del silicio", dice el profesor
Stephen Elliott, del Departamento de Química de Cambridge, quien dirige la
investigación. El método habitual para incrementar la potencia de los computadores
es por medio del aumento del número de dispositivos lógicos que contienen lo
que requiere reducir progresivamente el tamaño de los dispositivos, pero las
limitaciones físicas para las arquitecturas actuales están haciendo casi
imposible el continuar por este camino.
Actualmente,
los dispositivos lógicos y de memoria más pequeñas basadas en el silicio son
unos 20 nanómetros de tamaño, aproximadamente 4.000 veces más delgadas que un
cabello humano, y se construyen en capas. A medida que los dispositivos se
hacen cada vez más pequeños con el fin de aumentar su número en un chip, con el
tiempo los espacios entre las capas serán tan pequeños que los electrones que
se almacenan en ciertas regiones de dispositivos de memoria flash no volátiles provocarán
pérdidas de datos. Los dispositivos PCM pueden superar este límite de tamaño de
escala, ya que se ha demostrado que funcionan a unos dos nanómetros.
Lo
anterior corresponde a una innovación que se está elaborando en la actualidad
para aumentar la capacidad de los dispositivos informáticos y móviles, liderada
por universidades e instituciones que desarrollan sus innovaciones mirando un
mercado específico y sus crecientes necesidades…
La
clave de la innovación es que alimenta y se surte de la presencia de mercados
libres, dinámicos y en permanente desarrollo, y son lideradas por instituciones
libres e independientes, aunque podrían ser financiadas públicamente…
¿ES POSIBLE UNA AGENDA
SOCIALISTA PARA LA INNOVACIÓN?
Hace
unos pocos meses atrás, la socialista Bachelet anunció una Agenda de
Productividad, Innovación y Crecimiento con el objetivo de que “Chile llegará a
ser desarrollado sólo si fortalece nuevos sectores económicos e invierte en
infraestructura pública, estableciendo una estrecha coordinación entre el
sector privado y el público”.
La
idea del actual gobierno es que esta Agenda sea la base para una nueva fase de
desarrollo de la economía chilena. Una fase que no dependa de la explotación y
exportación de recursos naturales, sino que posibilite que emerjan sectores
capaces de producir nuevos bienes y servicios, desarrollar industrias y generar
polos de innovación. Dice Bachelet que “estamos apostando por mejorar nuestra
productividad y competitividad mediante la innovación, y es una apuesta
ganadora porque elige invertir en la mayor riqueza que tenemos como país, que
es la capacidad de las personas”. Desde el punto de vista financiero, el
ministro de Hacienda, Alberto Arenas, indicó que la Agenda tendría recursos por
US$ 1.500 millones en los próximos cuatro años. A su vez, otro ministro, ha
señalado que esta Agenda se sustentará en la Comisión Nacional de
Productividad.
¡Caramba…!.
¿Quién podría estar en desacuerdo con iniciativas tan bien intencionadas?. El
único problema es que las políticas públicas que diseñan los socialistas
siempre tienen buenas intenciones, pero siempre terminan causando nuevos
problemas, más difíciles de resolver. Un ejemplo típico de las políticas
públicas socialistas fracasadas son el Transantiago y la veintena de
ministerios que no son capaces de generar servicios mínimos y satisfactorios en
su propio sector…¿cuál es el problema?.
El
problema más grave de estas soluciones socialistas es que jamás plantean
profundizar los mercados libres, puesto que tienen la creencia de que la
innovación puede manejarse centralmente por medio de un cerebro sabio y
poderoso. Olvidan que los productos y servicios deben ser diseñados para servir
las necesidades de los usuarios y consumidores. Además, lo que es más grave,
los socialistas no creen en los mercados libres y en su importancia para
asignar los recursos escasos y viven en la ilusión que su racionalismo
utilitario va a permitir que las sociedades humanas progresen dirigidas
centralmente.
En
otras palabras, es muy lógico que las políticas públicas socialistas no
resuelven nada porque el enorme volumen de información necesario para gestionar
un sistema no puede ser gestionado por la mente de una única persona o comité
en un tiempo limitado; la información que debe ser analizada por dicho comité está
dispersa en la mente de muchos individuos y además tiene un carácter no tácito;
el carácter dinámico de los mercados impide que estos comités dispongan de toda
la información que aún no ha sido creada, y finalmente, la intervención en los
mercados distorsiona, corrompe, dificulta o simplemente imposibilita la
generación y transmisión de la información necesaria.
La
citada Agenda para la Productividad, Innovación y Crecimiento no desarrollará
el país y solo conseguirá desviar fondos hacia los bolsillos de personas que no
le darán la utilidad esperada y, lo más probable, es que en unos años más
continuemos con la misma discusión. Este tipo de organizaciones de
planificación central solo satisfacen los intereses de aquellos que la han
capturado para sus propios y particulares fines.
En
cambio, el proceso de innovación solo se activa en sociedades libres y
abiertas, en las cuáles la información fluye caóticamente y se deben tomar
decisiones dispuesto a asumir riesgos en la búsqueda de beneficios para los
consumidores. En otras palabras, la innovación requiere múltiples mentes
compitiendo en mercados libres en un entorno caótico y dinámico, donde solo los
más efectivos impondrán sus diseños dominantes en los mercados porque serán
aquellos que satisfagan las necesidades de los consumidores de mejor manera. La
innovación productiva no surge cuando hay un ente central “sabio y poderoso”,
asignador de recursos, porque los participantes solo tratarán de diseñar e
implementar aquello que el ente central desea; no se pueden correr riesgos ni
asumir desafíos. Al final, los únicos que serán beneficiados son aquellos que
han capturado la institución central burocrática para sus propios fines.
Mire
a su alrededor...¿cuántos ministerios tenemos?, ¿cuál de esos ministerios
presta servicios de primer nivel?, ¿cuál de esos ministerios satisface a sus
usuarios?...Pregúntese ahora: ¿Cuál de esos ministerios es innovador en lo que
hace…?. ¡Ninguno!. Piense en Codelco, la única empresa chilena que pudo ser la
primera transnacional chilena…¿Qué tiene de innovador Codelco?.
El
sector público de un país subdesarrollado, como el nuestro, no reúne las
cualidades que se requieren para liderar el proceso innovador si eso no va
atado al funcionamiento de mercados libres y abiertos a la competencia. Todas
estas iniciativas y agendas son humo para la galería y permanecerá en la
historia como uno más de las pretensiones de una clase política socialista,
engendradora de pobres y de miseria.
Panorama LIBERAL
Sábado 20 Septiembre 2014
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