En Chile somos tontos graves. Y tenemos doble estándar: decimos algo pero hacemos lo contrario. |
El lunes por la noche,
agotado de pensar en cómo plantear un tema a mis queridos lectores, se me
ocurrió ver la televisión nativa de un país lleno de una fauna de ordinarios,
resentidos y discriminadores. Así llegué a un programa de Chilevisión en el
cuál una marioneta humorística, el Lagarto Murdock, realizaba una rutina basada
en la no discriminación.
Todo marchaba bien y lo
que más me hizo pensar fue cuando la citada marioneta manifestaba que “a los
niños les regalan conejitos, ositos y perritos pero nadie regala lagartos”. Sin
embargo, en medio de esta rutina, la marioneta dijo: “jamás me burlaría de un
homosexual...No me río de los negros, me burlo de los racistas…No me río de los
judíos…bueno, de los judíos sí, pero ¿qué culpa tienen los judíos de ser mejor
combustible que la leña?”.
Y se desató la risa entre
todos los asistentes (la mía incluida), aunque algo en mi fuero interno me
indicaba que el chiste no causaría mucha gracia en la comunidad judía de gran
poder económico y epidermis muy sensible respecto de este tema. Leí después que,
en forma inmediata, usaron los medios sociales para que todos denunciaran al
chiste, al chistosito, al programa y al canal al Consejo Nacional de
Televisión. El twett decía que “las personas q estén en contra d la discrim
contra cualquier grupo, religión o etnia que denuncien en CNTV lo ocurrido
anoche en #hazmereir (sic)”.
Es cierto, fue un chiste
desafortunado pero puso en evidencia dos de las características de los chilenos
que es motivo de vergüenza propia: nuestra sempiterna hipocresía y hábitos
discriminadores.
PRIMERO: Los chilenos somos unos hipócritas.
La hipocresía es una
característica universal de la especie humana, y una de las principales
características de la chilenidad. Nuestra capacidad de ser hipócritas es prima
hermana del chaqueteo (hablar mal de las personas cuando no están presentes),
de la envidia (hablar mal de los éxitos de otros), del resentimiento (sentir
malestar mental por los éxitos de otros), y del odio (actuar violentamente
contra otros). Así somos y así caminamos por la vida.
Somos una sociedad de
hipócritas que miente descaradamente cuando afirma que los “otros” les
importan. Veamos algunos ejemplos...
…Los políticos afirman que
tienen como vocación dedicarse al “servicio público” pero permanentemente nos
muestran que solo les interesa su propio bienestar;
…Los empresarios dicen
respetar a sus clientes pero les venden productos vencidos o de mala calidad o
no atienden sus reclamos;
…Los estudiantes marchan
por las calles para plantear sus demandas pero no les interesa el daño que les
hacen a los vecinos;
…Los trabajadores del
sector público usan a los más pobres como la excusa perfecta para presionar por
alzas salariales y mejoras contractuales…
Y por eso somos
hipócritas: decimos una cosa y hacemos otra muy distinta.
SEGUNDO: Los chilenos somos discriminadores
Forma parte de nuestra
matriz socio-cultural el burlarnos y ridiculizar a otros; algunos, lo
consideran una muestra de nuestra picardía pero en estricto rigor es una
muestra de la capacidad que tienen algunos para usar su poder con el fin de abusar
de otras personas. Por eso, siempre nos hemos burlado de los “negros”, de los
“gordos”, de los “flacos”, de los “pelados”, de los borrachos, de los tiernos,
de los gentiles…Por ejemplo, ¿quién no se ha reído cuando alguien se tropieza y
cae?, ¿quién no se ha reído cuando alguien se equivoca en público?. Incluso,
algunos promueven el ridículo de otros como cuando le ponen en la espalda
frases como “patéame”, “escúpeme”, etc.
En una oportunidad, un
amigo me comentaba que en cierta reunión de trabajo se le ocurrió decir que
había estudiado en un colegio público…A partir de ese momento fue objeto de
burlas y discriminado por su procedencia escolar. Me comentaba que antes de eso
sus colegas hablaban en público del valor de la educación pública pero en
privado la discriminan hipócritamente.
Así somos los chilenos:
hipócritas y discriminadores, ¿y ustedes creen que algunos judíos no son
hipócritas y discriminadores?.
LO ÚNICO BUENO: ABRIMOS NUESTRO CLÓSET DE MALAS COSTUMBRES
La comunidad judía ha
usado su poder económico y su red de contactos para condenar un chiste y a los
chistositos con toda la severidad posible. Y está bien. No se puede abusar de
la sensibilidad de otros para reírse y pasarla bien pero forma parte de nuestra
costumbre el burlarnos de otros, en especial, de los más débiles.
Lo positivo de este
episodio es que hemos comenzado a abrir algunos de nuestros clósets para
ventilarlos y extraer de ellos la basura y el mal olor; ya no podemos permitir
la burla sostenida, los insultos reiterados, la violencia verbal y física, como
una manera de relacionarnos.
Solo espero que no salgan
los demagogos legisladores pidiendo nuevas leyes para controlar otro aspecto de
la dinámica humana. Cada persona debe hacerse responsable de su propio
comportamiento.
Permitamos el humor y permitamos a alegría sana; que no nos conviertan en tontos graves y podamos reírnos de nosotros mismos, ¿es muy dificil?.
PANORAMA Liberal
Viernes 31 Mayo 2013
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