Existe un tema que ha
escapado en el análisis del grave desprestigio de la clase política actual y es
el siguiente: ¿pueden los políticos vivir sin el Estado?. Es decir, desde hace
muchísimo tiempo se ha asumido que la democracia consiste en elegir
representantes que administren los recursos públicos para mejorar el bienestar
de la sociedad. Sin embargo, una de las causas del desprestigio de la clase
política es que la gente ha comprendido que los políticos siempre actúan para
mejorar su propio bienestar. En otras palabras, la corrupción es el resultado
de las acciones de la clase política que solo aspira y desea mejorar su
bienestar individual mientras clama en los altares de la democracia que son
“servidores públicos”. Nadie lo cree ya.
El tema de fondo es que
los principios democráticos están siendo demolidos internamente por un grupo de
personas ambiciosas y que solo desean, como meta importante, vivir a costa del
Estado porque eso les asegura un nivel de vida que va más allá de sus
capacidades y talentos. Resulta increíble que aún las sociedades no hayan asumido
que el gran problema de las democracias actuales y su pérdida de credibilidad
es la presencia de una clase política que vive a costa del aparato fiscal. Los
países avanzan cuando todos sus habitantes encuentran espacios productivos para
crear valor. Puede ser que existan algunos políticos que tengan capacidades y
honestidad para gestionar los recursos de otros, pero es más probable que creen
redes en las alcantarillas del poder que les permita obtener beneficios personales
impensados.
La teoría indica que
una persona es millonaria cuando ha realizado un aporte millonario a la
sociedad, por ejemplo, nadie podría dudar que Alexis Sánchez tiene una cantidad
de dinero que le corresponde absolutamente por su aporte a la entretención
mundial respecto del fútbol. Entonces, ¿cuál es el aporte de los casi 160
diputados y senadores?. El país gasta, aproximadamente, $1.600 millones
mensuales en mantener a este reducido grupo de personas y ¿cuál es el aporte de
ellos?.
En estricto rigor, un
alto porcentaje de estas personas que ostentan cargos públicos no serían
capaces de obtener dichos ingresos por su propia cuenta en el mundo privado. Es
más. Los gobiernos socialistas utilizan el Estado como una fuente laboral para
sus militantes prostituyendo las funciones que debieran cumplir. ¿Cómo es
posible que hayamos permitido que, con el dinero de todos, se les entregue una
pensión vitalicia a los ciudadanos que tuvieron el honor de ser presidentes?,
¿Cómo es posible que los políticos obtengan pensiones muy por encima de la
media nacional?, ¿Cómo hemos permitido tal situación?. La prostitución de la
democracia actual se debe, entre otras cosas, a la permanencia de una clase
política que se ha apoderado de los espacios de
poder convenciendo a las mayorías que ellos son los auténticos
depositarios de la gestión de los recursos de todos.
Un sencillo ejemplo
puede graficar lo anterior. Con motivo de la caída de Jadue al mando de la ANFP
(Asociación Nacional de Fútbol) un periodista hizo dos preguntas. La primera de
ellas era si Jadue podría haberse negado a la corrupción internacional de la
FIFA y la respuesta es obvia: si se hubiera negado, no habría permanecido en
dicha organización, y no habría gozado de los privilegios que le dejaron en
bandeja. La segunda pregunta era si un dirigente nacional, integrante de la
mesa directiva de la ANFP, podría haber levantado la voz y advertido de la
situación y la respuesta es obvia: nadie lo hizo porque todos fueron
convenientemente “mojados” (es decir, estimulados con préstamos para sus clubes
y regalos en viajes y bienes). Lo anterior es una muestra pública que muchas
personas que acceden al poder lo hacen para buscar beneficios propios. Una vez
Lord Acton dijo que el “el poder absoluto, corrompe”, sin embargo, debemos
rectificarlo porque el poder absoluto muestra a las personas tal como son; la
persona deshonesta lo es siempre, arriba y abajo.
Desafortunadamente,
entonces, a los cargos de elección popular acceden un tipo de personas cuyas
características son la poca honestidad en su accionar y buscadoras de beneficios
personales. Y con dicho comportamiento terminan expulsando de la política a
aquellos que no son capaces de “ponerse a su nivel”. Este tipo de personas ya
ha descubierto que es imposible mantener un cierto nivel de vida fuera del
aparato estatal y por eso la lucha por alcanzar algún cargo es sanguinaria…¿cree
alguien que una mayoría de los políticos actuales son “servidores públicos”
desinteresados?, ¿cree alguien que la mayoría de los políticos actuales han
ingresado a la política para mejorar el bienestar de las sociedades?, ¿Por qué
razones los ciudadanos Patricio Alwyn, Eduardo Frei, Ricardo Lagos o Michelle
Bachelet gozan de un nivel de bienestar impensado si no hubieran ingresado a la
política?, ¿qué argumentos racionales podemos dar para que estos ciudadanos
vivan como ciudadanos del primer mundo mientras diseñan e implementan reformas
del tercer mundo?. Esta gente no puede vivir fuera del Estado y por eso crean y
crean ministerios que son un depósito de osarios ideológicos que entorpecerán
mucho más el andar del país.
Si consideramos que los
políticos son profundamente demagogos, una vez H.L. Mencken dijo que “demagogo
es quién predica doctrinas que sabe que son falsas a personas que sabe que son
idiotas”, Los políticos saben que predican doctrinas falsas porque solo desean
allegarse al aparato estatal por el mayor tiempo posible para disfrutar de una
nueva vida con el dinero de todos los contribuyentes. Así se enriquece esta
gente sabiendo que jamás van a obtener dichos ingresos en el ámbito
privado…¿Cómo es posible que mucha gente tenga un entusiasmo tan enfermizo como
para votar por muchos personajes a los cuáles solo les interesa su propio bienestar?.
En resumen, la clase
política no puede vivir sin el Estado que es la fuente de la cual beben su riqueza:
se han convertido en una clase profesional. Saben que lo que pueden obtener en
los cargos políticos es impensado que puedan obtenerlo en el ámbito privado y,
por eso, la mayoría de los políticos promueven Estados crecientes y crean
ministerios, instituciones, fundaciones, etc. para mantener a sus camaradas y
correligionarios. El resultado de todo esto es un Estado siempre creciente pero
absolutamente ineficiente e incompetente puesto que no satisface a plenitud las
funciones públicas. ¿Qué podemos hacer?. La corrupción y los Estados crecientes,
generados por una clase política profesional, atentan contra las capacidades de
las sociedades para generar riqueza por lo que la única solución consiste en
limitar y controlar a la clase política profesional, fuente de toda
ineficiencia pública.
La causa de gran parte
del mal funcionamiento de las democracias mundiales es la clase política profesional,
que vive a costa del Estado bebiendo de la fuente fiscal para su propio
beneficio. La solución a este problema es impedir por medios legales que se
genere una clase política profesional, ¿Cómo?. Un ciudadano debe ejercer un
cargo de elección popular por una vez en la vida por lo que basta con impedir
la reelección, y si desea postular a otro cargo público debe esperar la misma
cantidad de años que estuvo en el cargo anterior trabajando en lo que hacía
habitualmente. No puede ser posible que una persona esté toda su vida viviendo
a costa del Estado, recibiendo ingresos fabulosos, sin haber trabajado como
cualquier otro ciudadano sin privilegios.
La propuesta UN CIUDADANO,
UN CARGO se enfrenta a la cuasi imposibilidad de llevarse a la práctica porque
la clase política no apoyará aquella propuesta que signifique pérdida de poder.
Esto es claro, pero no impide ponerla en el debate nacional y mundial como la
única opción para volver a reponer la democracia cómo la consibieron sus
creadores. En el famoso Discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln pronunciado
en el Cementerio Nacional de los Soldados en la ciudad de Gettysburg
(Pensilvania) el 19 de noviembre de 1863, se indica “que esta nación, Dios
mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo,
por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra»….
¿O usted está en
desacuerdo?.
Panorama
LIBERAL
Martes
9 Febrero 2016
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