Propuesta
Anticorrupción.
A
lo largo de la historia de la humanidad, los políticos –de todas las ideologías
y tendencias- siempre han buscado el máximo poder político-económico y social
que les permita prolongar su estadía en los pasillos del poder. Los detentadores
de la riqueza persiguen el poder político para seguir prosperando y
enriqueciéndose en base a regalías, empleos, negocios y apertura de mercados
solo para ellos, en desmedro de los ciudadanos.
Así,
la democracia ha perdido su capacidad de generar mejoras y beneficios para las
mayorías, en beneficio de algunos pocos que aprovechan la incertidumbre y la
ignorancia cívica. Afirmamos que la corrupción es un mal de las democracias
intervenidas masivamente por aquellos que hacen de la política una profesión de
tiempo completo y que son los encargados de diseñar e implementar políticas
públicas de corte paternalista que les permite repartir migajas mientras usan
la fuerza legislativa para coaccionar a la población a fin de satisfacer sus
propios y múltiples beneficios.
Alguien
dijo alguna vez que “la moral no es materia de discursos sino de acciones
concretas” y nuestro país requiere acciones precisas y urgentes. Es lo que
proponemos como liberales responsables.
Por
lo tanto, considerando, que es un error enfrentar con gran algarabía mediática
y retórica los efectos de la corrupción y no sus verdaderas causas, nos
permitimos exponer a vuestra consideración
algunas sugerencias en pos de una democracia más perfeccionada.
PRIMERO. La naturaleza del ser
humano.
Somos
seres terrenales en la búsqueda de maximizar nuestro bienestar y nuestra
felicidad, por eso, cuando nos enfrentamos a las tentaciones del entorno,
nuestro único escudo son los valores con los que fuimos educados por nuestros
ascendientes.
Dijo
una vez Rousseau que “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe",
aludiendo al hecho de que cada individuo, cuando nace es una tabula rasa que
inscribe en el tiempo las normas sociales y morales que cada pueblo posee y
cultiva.
SEGUNDO. El poder
permanente, corrompe permanentemente
Lord
Acton, acuñó la locución “el poder corrompe, el poder absoluto corrompe
absolutamente”, a lo que podemos agregar que el poder permanente, corrompe
permanentemente. Los seres humanos aman el poder que les permite disfrutar de
más regalías para ellos y los suyos, en detrimento del prójimo que es la
mayoría ciudadana.
Así,
la permanencia en el poder de las mismas personas por demasiado tiempo, generan
las condiciones ideales para que proliferen conductas reñidas con las normas y
conductas éticas que la ciudadanía exige a sus representantes en los poderes
del Estado..
TERCERO. Imposibilidad de
fiscalizar la corrupción y los actos originados en consecuencia.
Resulta
del todo imposible fiscalizar y controlar el fenómeno de la corrupción, dado
que no existen los recursos para ello y lo hace inmanejable. Es decir, cualquier
pretensión de control es un intento de desviar la atención y olvidar las
verdaderas causas de la corrupción creciente y extendida.
Una
clase política profesionalizada y experimentada a lo largo de años y años, que
se reelige siempre con el aporte del Estado, mediante los impuestos tributados
por la ciudadanía y el aporte sospechoso y equívoco del sector privado a sus
campañas auspiciadas por sus partidos políticos, sin mayores requisitos que la
pertenencia a sus filas, sin ningún riesgo de su peculio personal, nos parece
carente de toda racionalidad y son los principales componentes del hastío
evidente de los electores.
Por
todo lo anterior, proponemos,
PRIMERA PROPUESTA. El financiamiento
público de las campañas políticas no es rentable socialmente.
Si
se mantienen las condiciones actuales en que se desarrolla la actividad política
en Chile, la pretensión de financiar con recursos públicos las campañas
políticas no es rentable socialmente, porque la corrupción se convertirá en un
“hoyo negro” de consecuencias insospechadas. Además, si pensamos que estos
recursos públicos serán usados para financiar la gestión de publicidad callejera,
seguiremos observando como las calles y avenidas del país son ensuciadas por un
tiempo largo e invadidas por artefactos sin ninguna utilidad estética y social.
Chile
es un país subdesarrollado con demasiadas carencias como para afirmar con
vehemencia que nuestro bienestar aumentará invirtiendo parte de nuestros
escasos recursos en campañas electorales de políticos que diluyen su accionar
en actividades inconducentes y alejadas de la realidad del diario vivir,
mientras la educación, la salud, el transporte y otras necesidades urgentes deben
esperar con el auspicio de la burocracia y los gremios atingentes..
La
riqueza la generan los individuos por medio de su trabajo por lo que desviar
recursos a usos infértiles no mejorará el bienestar de todos los chilenos.
SEGUNDA PROPUESTA. Una
persona y un período en el cargo.
En
todo el mundo, y en Chile, hemos creado una nueva fuente de trabajo: los
políticos profesionales, que viven a costa del Estado toda su vida sin hacer
otro aporte a la sociedad. Creemos que ésta es la fuente de la cual se nutre la
corrupción creciente e inmanejable..
Estas
personas construyen durante su vida activa una red de relaciones que les
permite enriquecerse con su cercanía al poder. Ya no vemos los ejemplos
clásicos de antaño del buen político que luego de su período volvía a sus
funciones habituales. Ahora, en cambio, estos políticos viven sus días
postreros gozando de un nivel de vida muy superior a la media de la sociedad
sin haber realizado ningún aporte relevante a los chilenos
Una
persona que ostenta el poder durante largos períodos o su cercanía, está
sometida a tentaciones e incentivos demasiado atractivos. Así se ha ido
consolidando una clase política en
nuestro país que se extiende a descendientes directos o familiares indirectos,
constituyendo una casta de iluminados y políticos sabios por cercanía u osmosis
política, resultando una vez elegidos, simples personas que usan el poder para
satisfacer sus intereses privados relegando en un segundo o último plano el
interés general y el de sus electores. Y así continua y sobrevive entre
nosotros Cornelio Nepote.
Nuestra
propuesta fundamental es: UNA PERSONA, UN PERÍODO EN UN CARGO DE ELECCION
POPULAR., teniendo esta medida como base de sustentación racional y lógica que
el poder es más eficaz e eficiente cuando está fraccionado o dividido, impidiendo
la concentración en una persona o en grupos privilegiados, con las nocivas
consecuencias que ello implica al permanecer los elegidos por largos períodos
en sus cargos de representación político partidista.
El
principio de solución que postulamos es que una persona solo pueda ser electa a
un cargo popular en una sola oportunidad, y por una sola vez a un cargo
patrocinado por un partido político o en calidad de independiente para un
empleo público de Concejal, Alcalde, Diputado, Senador y Presidente de la
Nación. Al término de cada período en el cargo no podrá ser reelecto(a) en el
mismo puesto y quedará inhabilitado por el mismo número de años para el cual
fue electo para optar a un cargo distinto. Así, sugerimos que una persona de 30
años que desee iniciar un carrera política: con 30 años será concejal; 38 años,
alcalde; 46 años, diputado; 54 años, senador; y con 62 años, presidente. Y
luego de ser electo en este último cargo no podrá volver a postular nuevamente
a cargo alguno de elección popular.
La
amplitud de este ciclo electoral presenta variados beneficios para un
desarrollo más ecuánime en la selección y competencia de los postulantes,
permitiendo un recambio generacional de la política y la adquisición de
experiencias y conocimientos en la alta responsabilidad social que conlleva
estos cargos.
Por
lo tanto, decir “NO A LA REELECCIÓN INDEFINIDA EN UN CARGO” es una condición
necesaria y suficiente para modernizar el sistema electoral que no permita
enclaves de poder perenne que engendra y difunde una relación perversa entre
Política y Dinero.
La
ciudadanía volverá a tener confianza, convicción, libertad y responsabilidad en
sus candidatos, elegidos bajo los conceptos que hemos expuestos. Los
seleccionados en cargos políticos serán impulsados a trabajar y legislar en la
solución de los problemas reales del diario vivir con la finalidad última de
conseguir una patria más justa, unida y con gran fe en el porvenir de nuestras
nuevas generaciones.
CORPORACION DE ESTUDIOS
LIBERALES.
CORPEL (en formación)
Panorama LIBERAL
Jueves 9 Abril 2014
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