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domingo, 29 de abril de 2012

OPINIÓN Derecha socialista, la nueva ingeniería social para construir arrecifes de coral.


Los Estados modernos, construidos por los socialistas, son como los arrecifes de coral: bellos, exuberantes, pero muertos, sin vida...¿queremos eso para nuestras sociedades?

De nuevo se han lanzando los ingenieros sociales de derecha en una especie de carrera de obstáculos para determinar quién llega primero en dejar sonrientes a una sociedad que cada día es más complaciente, menos proactiva y más quejosa. Mientras tanto, los ingenieros sociales originales, los decadentes socialistas, están agazapados detrás de ciertos grupos sociales con la esperanza puesta en aprovechar los restos que deje el vendaval de los estudiantes o de grupos sociales que son liderados por aquellos que se han despegado de su casa matriz ideológica con el fin de presionar a los populistas en el actual gobierno para que apliquen una ingeniería social más rigurosa y extensa.

¿Cómo es posible que la derecha política haya devenido en un hijo ilegítimo del socialismo decadente?...

¿Para mantenerse en el poder se pueden pervertir las más profundas convicciones?...

¿La coalición de gobierno tiene convicciones sólidas, propias y enriquecedoras que sean una alternativa a la empobrecedora visión socialista de hacer política?...

¿Cómo no han podido convencer a la sociedad de que no existen los sistemas perfectos y que su éxito/fracaso depende de los individuos que los pongan en práctica?...

Los errores de una derecha tipo socialista…

PRIMER ERROR: Nuevas instituciones crean nuevos problemas.

Recientemente, el ministro de Educación anunció un drástico cambio en el actual sistema de financiamiento estudiantil para la educación superior y que unificará los dos sistemas de crédito universitario que existen hoy -Fondo Solidario y Crédito con Aval del Estado (CAE)-, eliminando la participación de la banca privada en el modelo, por medio de la creación de una agencia estatal (¡otro energúmeno estatal que los contribuyentes deben financiar!) que se haría cargo de la gestión, diseño, administración y provisión de los fondos que llegarían a los estudiantes.

La ilusión de los ingenieros sociales es que los problemas de cualquier índole pueden ser subsanados por medio de más leyes, decretos e instituciones que regulen o participen en el sector en problemas. Pero, lo único que se logra es crear nuevos problemas…y así, hasta el infinito y más allá…como repite el robot Buzz Ligthyear. En realidad, en el actual gobierno hay algunos que se han reconvertido peligrosamente en populistas de izquierda…

SEGUNDO ERROR: Hacienda no pone los dineros, los ponemos todos.

Además, según el ministro, la agencia funcionará de la siguiente manera: “Hacienda pone los dineros, la agencia lo canaliza a las instituciones y lleva las cuentas y después le pide a Tesorería y a Impuestos Internos que lo cobren”…¿Qué tal?

Este error, que habitualmente cometen los políticos ya resulta imperdonable. Sabemos a que se refiere dicha expresión, pero la comenzaremos a ignorar para darle el sentido que corresponde: Hacienda no pone los dineros, solo los administra…los dineros los ponen los contribuyentes una vez que el Estado se ha apropiado de ellos con su poder coaccionador.

Insistimos: Hacienda no pone los dineros, los ponemos todos los chilenos y a ninguna persona se le ha consultado por el destino que debe dársele a dichos recursos. Ya llegará el día en que sean las personas individuales las que determinen en que desean que se gaste la riqueza que se le ha expropiado.

TERCER ERROR: Tomar decisiones a ciegas o decisiones políticas

Partimos del supuesto que las personas en el gobierno son tecnócratas eficientes, y que toman decisiones racionales para mejorar el desempeño de los sistemas. Pero, en este caso, se toma una decisión a ciegas porque no existe una estimación certera respecto del ahorro o gasto en que incurrirá el Estado al eliminar a los bancos…¿es más eficiente este nuevo proceso?, ¿ahorrará o gastará más el Estado?...En realidad, ¿a quién le importa?...porque esta es una decisión POLITICA…o, en otras palabras, esta es una decisión populista para mantenerse en el poder.

Por ejemplo, recordando el proyecto estrella de Lagos/Bachelet, el Transantiago, podemos anticipar que el Estado terminará gastando mucho más de lo que gasta ahora (sin incrementos notables de eficiencia), y el problema más grave es que no habrá manera alguna de rediseñarlo; hemos permitido la creación de otro elefante blanco con cargo al fisco y seremos más pobres. En otras palabras, será otro hoyo negro financiado con el dinero de los contribuyentes, a muchos de los cuáles el tema no les interesa o no lo entienden, puesto que tienen las mentes obnubiladas por el mensaje de “educación estatal de calidad y gratuita” repetida hasta el cansancio por los mismos interesados de siempre que sonríen en la obscuridad mientras se frotan las manos de satisfacción.

Señala Beyer que “en el mediano o largo plazo nosotros vamos a tener un mejor sistema de recuperación, porque vamos a descontar directamente a través de la planilla de sueldo, por lo tanto los desembolsos netos del Estado van a ser menores, pero al principio, por razones obvias, vamos a tener que desembolsar más”…Repito: “nosotros –el Estado- vamos a tener un mejor sistema de recuperación”, ¿será necesario insistir en este punto?.

Beyer parece ser un hombre inteligente, pero al parecer cuando se llega a un cargo político la inteligencia y la racionalidad no pueden ser aplicadas: solo vale el juicio político y el oportunismo. El Estado jamás será un administrador de recursos eficiente porque actúa políticamente, y en política, las motivaciones son totalmente diferentes. En política, se actúa para conquistar y mantenerse en el poder y por eso se debe usar la demagogia y el populismo con dichos fines.

Vamos a resumir este punto. En el mediano o largo plazo jamás el Estado va generar un mejor sistema de recuperación y no podrán descontar directamente a través de la planilla de sueldo porque, en el futuro cercano, serán otros políticos populistas los que lo impedirán con nuevas leyes, decretos o regalos. Y por lo tanto, los desembolsos netos del Estado van a ser cada vez superiores y sin un correlato directo con resultados y mayor eficiencia. Estamos condenados a empobrecernos y solo algunos –los mismos políticos de siempre- resultarán beneficiados con toda esta maniobra populista de corto plazo. Mañana serán los hijos de los que reclaman hoy los que continuarán reclamando por el incumplimiento de los políticos y así hasta el fin de los tiempos…es el sino de una sociedad de mediocres, una sociedad socialista.

CUARTO ERROR: Lo que no se puede medir, no se puede controlar.

Es una característica de nuestra mentalidad que no seamos responsables, trabajadores ni autocríticos. Y, además, como ciudadanos, generalmente no somos capaces de controlar a los políticos en su disparatado vagar por la vida pública, y continuamos votando por ellos porque “más vale diablo conocido que por conocer”. Así, al Estado chileno lo podemos asimilar a un enorme arrecife de coral, pero ya hablaremos de ello.

Como los ciudadanos no están en condiciones de controlar la ejecución del presupuesto, no sabemos con certeza si lo que nos dicen los políticos, y sus lacayos burócratas, es cierto o no. Por eso, no extraña que, según se indica en la prensa, el Banco Mundial muestre que entre los alumnos más pobres beneficiarios del CAE, el 36% no ha pagado, y que los primeros cinco años de funcionamiento del CAE (2006- 2010) le han costado al Estado dos mil millones de dólares y los bancos han ganado US$ 550 millones. Y aparece el Mineduc indicando que el 40% de los beneficiarios del Fondo Solidario lo termina pagando.

Y estos ingenieros sociales de derecha están diseñando un sistema en que el crédito se comenzará a pagar una vez que el egresado comience su vida laboral y será un monto proporcional al ingreso, cuya cuota mensual no sobrepasará un 10% de la remuneración. Y como estos genios piensan en todo, si el sueldo del estudiante es menor a 14 UTM (unos $555.000 al día de hoy), solo tendrá que pagar un 5% de este; es decir, $ 27.500 mensuales. Además, el deudor solo deberá cancelar en total 180 cuotas (15 años), porque luego de ese último pago el saldo restante (si lo hubiera) se condona.

Antes de diseñar un sistema que controle deberán diseñar un sistema que mida los ingresos de las personas, y en Chile “hecha la ley, hecha la trampa”. Es decir, estamos creando sistemas que estimularán a los sinvergüenzas de siempre para burlarlos porque las ganancias son muy altas. Y si no se pueden medir, ¿Cómo podrán controlar con el fin de poder cumplir lo que nos ofrecen tan espléndidamente?. Es decir, pagará Moya, o sea, nadie. O sea, todos.

Además, otro de los anuncios realizados implicará una intervención en el modelo que fija los aranceles de referencia, y que contemplará la deserción estudiantil y la duración de las carreras, por lo que serán las instituciones de educación superior las encargadas de financiar la brecha entre el arancel real y el de referencia. Por un lado, la deserción estudiantil requerirá algo de imaginación “perversa” de algunas instituciones para reducir el indicador, y por el otro lado, la fijación de los aranceles de referencia será una disputa subterránea entre los interesados de magnitudes fáciles de imaginar.

Por ejemplo, resultará muy complejo determinar los costos correctos de las instituciones de educación superior e, incluso, sospechamos que ni las propias instituciones lo tienen claro. Es más, algunas de nuestras fuentes indican que algunas de estas basan sus decisiones en la matrícula anual y estiman un porcentaje de costo que jamás han calculado con precisión. Además, si pudiera hacerlo, ¿cómo pretende la autoridad administrativa entrometerse en un ámbito privado?. Con toda probabilidad, la fijación de los aranceles va ser concordado con las instituciones de educación superior lo que no modificará el escenario.

En resumen, los socialistas crean sistemas que desarrollan musculatura para actividades muy diferentes a las originales, y en este caso, volveremos a ver discusiones y movidas dudosas entre distintos intereses en la búsqueda de su particular beneficio.

QUINTO ERROR: Comprar la idea de que la educación superior es un bien público.

El estudioso socialista José Brunner planea “que el esquema completo de créditos pase a ser público es una señal potente…Reconoce la prioridad que el Estado y el gobierno le otorgan al tema, entiende que la educación superior es un bien público y que el Estado tiene que invertir más en ella”….la educación superior es un bien público…

¡Y esta idea la ha terminado comprando la coalición de derecha actualmente en el gobierno!...No es posible comprender –excepto, claro está, si nos embriagamos de socialismo populista- como una persona razonable puede creer que el Estado es la “gran” solución para solucionar el problema de la pésima educación a nivel global. Es más, afirmamos que los Estados convierten bienes públicos en males públicos como es fácil de ejemplificar.

Los bienes públicos son un tipo de bienes muy especiales que no pueden ser provistos por los privados porque no generan rentabilidades positivas y, por lo tanto, no hay mercados para ellos en los cuáles se puedan comprar y/o vender. Es decir, tienen la característica de ser ‘colectivos’ y disfrutados por cualquier ciudadano sin distinción alguna. Como ejemplo de bienes públicos tenemos a la seguridad pública (Carabineros y PDI) que debe ser proporcionada a todos sin distinción.

Cómo es fácil de comprender para un país atrasado y pobre, la provisión de bienes públicos no puede ser realizado exclusivamente del Estado, dado que no dispone de las capacidades ni recursos apropiados, sino que también pueden ser provistos por el sector privado, financiados por el Estado. Ejemplos de este tipo de bienes públicos son: alumbrado de las calles, fuegos artificiales de fin de año, radios y canales de TV; carreteras; puertos; mantención de parques y plazas; etc. Es decir, todos disfrutan de dichos bienes sin pagar por ellos. Pero, ¿Qué pasa con la educación superior?, ¿es un bien público?.

En la actualidad, la educación superior tiene un gran componente privado que ha permitido la masificación de los estudios a este nivel de una manera impensada para un socialista. Antaño, solo algunos privilegiados podían acceder a la educación y eso era, quizás, lo más adecuado porque no todos tienen las capacidades para acceder a estudios superiores. Sin embargo, los socialistas han convencido a las masas ignorantes que la educación es un derecho para todos, y muy pocos comprenden que la educación es un proceso personal, de mucho trabajo, esfuerzo, disciplina y adquisición de hábitos que no todos están dispuestos a asumir.

Veamos las características de los bienes públicos. La esencia de un bien público es que su consumo es no rival y no excluyente. En el primer caso, consumo no rival, significa que el disfrute por parte de un usuario adicional no es una limitación para que otro disfrute del mismo, como por ejemplo, en el caso de las plazas públicas en que distintos usuarios pueden disfrutar del espacio disponible en el mismo momento. Un bien de consumo rival es un automóvil, puesto que cuando lo usamos, otro usuario no puede hacerlo al mismo tiempo.

En el segundo caso, consumo no excluyente, significa que no es posible discriminar qué usuarios lo disfrutarán y quiénes no, y cualquier usuario que lo desee puede acceder al disfrute del mismo, con independencia de que estos contribuyan o no a su mantenimiento y/o protección. Algunos ejemplos son el aire que respiramos, la arena de la playa o el olor de un exquisito pastel al pasar por una panadería.

¿Y qué pasa con la educación superior?. Un mercado funciona cuando se puede aplicar el principio de la exclusión: para consumir un bien se debe pagar por el, y se excluye a los que no pagan. Solo cuando la exclusión es inapropiada o inaplicable se produce un fallo del mercado que podría requerir intervención del Estado…En el caso de la educación superior, los socialistas –fanáticos del Estado interventor- plantean que es un bien público, pero en estricto rigor este es un tema más ideológico que técnico, puesto que el mercado ha funcionado durante muchos años y no se requiere un cambio radical como el que plantean los socialistas.

En resumen, los socialistas han planteado que la educación superior es un bien público, pero esta es una opinión ideológica y dogmática, no es técnica.

SEXTO ERROR: En segundos, los políticos dejan cagadas que duran toda la vida.

Los políticos populistas se dejan engañar por la afirmación de que deben “gobernar para las mayorías”, pero las mayorías son manipulables, transitorias y, claramente, emocionales. Por eso, gobernar para las mayorías es el primer paso para la catástrofe, ¿Por qué?.

Los políticos están por poco tiempo en el poder, pero sus acciones pueden castigar al país para toda la vida y nos terminan de empujar a la cloaca ¿Cómo es posible que autoridades transitorias dejen atrocidades para siempre?, ¿Cómo es posible que los Lagos/Bachelet se paseen por el mundo mientras la mayoría viaja por el Transantiago?, ¿Por qué no asumen sus responsabilidades…?.

Presentar proyectos que tienen un enorme impacto en las personas y en la sociedad requiere políticos diferentes a los actuales. Requiere políticos que gobiernen por principios claros.

SÉPTIMO ERROR: La estupidez del gobierno de creer que la izquierda los dejará en paz.

Finalmente, a este gobierno le seguirán negando la sal y el agua todos los socialistas que salen a marchar con la excusa de la educación y el medio ambiente que son los vehículos de los verdaderos motivos: les produce horror que la derecha esté gobernando. Y no es de extrañarse dada la conducta antidemocrática y autoritaria de esta gente.

Por lo tanto, hagan lo que hagan, a este gobierno le seguirán marchando por las calles porque a la izquierda decadente no le agrada la democracia; apenas se soportan entre ellos en el poder, y menos son capaces de soportar a una ideología que consideran como una herejía.

Por eso, la estupidez de continuar implementando proyectos basados en la ingeniería social con la absurda pretensión de modelar el futuro de una manera determinada está condenada al fracaso. Y con mayor razón si los que la diseñan no son aves del mismo corral.

Reiteramos: los socialistas usan como pretexto la educación para marchar por las calles, pero en realidad marchan para crear un clima de caos que traiga de vuelta al poder a todos los parásitos de izquierda que profitaron del aparato estatal por 20 años.

La ignorancia humana y la ingeniería social

Los decadentes socialistas consideran que la sociedad ha sido el resultado de la inteligencia y el diseño de alguien. En el año 1974, Hayek recibió el Premio Nóbel y en su discurso “La Pretensión del Conocimiento” indicó:

“El reconocimiento de los insuperables límites de su conocimiento debería de hecho enseñarle al estudiante de la sociedad una lección de humildad, que debería prevenirlo de volverse un cómplice en el fatal esfuerzo de los hombres por controlar a la sociedad—un esfuerzo que no solamente lo vuelve un tirano sobre sus compañeros, sino que puede convertirlo también en el destructor de una civilización a la cuál ningún cerebro ha diseñado sino que ha crecido en base a los libres esfuerzos de millones de individuos”.

Hayek y muchos liberales se oponen a las tentativas de manipular, planificar y coordinar centralizadamente, la estructura de la sociedad porque en los hechos tal ingeniería social destruirá la sociedad en lugar de permitir un progreso libre que viene como resultado de la acción humana pero no del diseño humano.

Se sostiene que las instituciones de una sociedad saludable son el resultado colectivo e involuntario de la acción humana. Los fenómenos sociales complejos -tales como el derecho, el lenguaje, y el dinero- son consecuencias involuntarias de las interacciones individuales. Por ejemplo, ningún comité o autoridad central decidió inventar el lenguaje humano, para no mencionar el diseñar una lengua tan complejo como el español. Actuando solamente para alcanzar sus propios fines individuales, los individuos comenzaron a efectuar sonidos para conseguir lo que deseaban de otras personas, y el lenguaje fue el resultado de la acción humana pero no de un diseño humano previsto.

No obstante la evidencia convincente, los socialistas y constructivistas sostienen que una sociedad no planificada es derrochadora y caótica; creen que pueden dirigirla y manipularla para que no haya desperdicios; creen que ellos pueden instaurar la felicidad en la Tierra interviniendo con una mano gentil. En resumen, los socialistas creen que pueden diseñar una sociedad de modo tal que sus miembros se encaminasen al unísono hacia metas sociales deseables, tal como han marchado juntos hacia la victoria en tiempos de guerra o hacia el bienestar en tiempos de paz.

Lo anterior es una muestra de ignorancia y arrogancia humana porque es imposible planificar el futuro con tal grado de detalle de acuerdo a lo que sucedió ayer porque los seres humanos son erráticos, impredecibles y diferentes entre sí. Lo que ayer era bueno, hoy puede ser malo. Y por lo tanto, la acción socialista siempre convertirá esa mano gentil en una mano de hierro que ahogará a los individuos y los limitará.

Por eso, los liberales privilegiamos la construcción de sistemas descentralizados de poder por su capacidad de ajustarse constante y rápidamente a las circunstancias cambiantes. La ingeniería social exige un futuro estable y un conocimiento omnicomprensivo que nadie es capaz de poseer, mientras que el orden espontáneo –la suma de los esfuerzos individuales interactuando- reconoce e incorpora la inevitabilidad del cambio y la insuficiencia del conocimiento humano. Solo los individuos conocen de sus preferencias y posibles actos futuros, y ni siquiera de eso está convencido.

Las sociedades sanas requieren de mayores espacios para sus individuos y no crear estructuras e instituciones que ponen trabas a la libertad y limitan el orden espontáneo tan saludable para el progreso humano imposible de dirigir. Excepto, claro está, que se tenga la mentalidad socialista.

La consecuencia final: el Estado chileno como arrecife de coral…

Se dice en Wikipedia que “el animal conocido como coral no mide más que apenas unos milímetros de diámetro, son del quinto reino y son unicelulares. Tiene la capacidad de fijar sobre sus tejidos el calcio disuelto en el mar y así formar las estructuras rígidas características que se ven en las imágenes...”.

Y a nuestros animales sociales los llamamos políticos, de diferentes tendencias y colores políticos, viven en simbiosis con la sociedad y reciben el nombre de “honorables”. Estos animales necesitan aguas turbias para desarrollarse, de modo que la “honorabilidad” se desarrolle a plenitud.

Son animales capitalistas, amantes del lucro y se alimentan básicamente de recursos públicos. En cuanto a la reproducción, las células sexuales son expulsadas al mar social todas a la vez, siguiendo las señales de los tiempos de elecciones. La fecundación es externa y la publicidad es tan numerosa que llega a teñir las calles y avenidas. Muchos candidatos a animales son devorados por otros, pero son tantos que la mayoría sobrevive, aunque sea para otra elección.

Como los corales, estos animales políticos mueren con el tiempo, pero las instituciones calcáreas que crearon mientras estuvieron en el poder se mantienen y pueden ser colonizadas por otros animales, que seguirán creando estructuras sobre estructuras por generación tras generación. A lo largo de los años se forman grandes estructuras rígidas, inservibles y que pocos se explican cómo funcionan, conocidas como Estados modernos, hogar de muchos otros organismos que allí encuentran alimento y protección contra los depredadores. Entre ellos están los trabajadores públicos.

Así se crean los Estados modernos en un proceso permanente y regular, con aportes de políticos de todas las tendencias. Por una parte, los socialistas siempre desean aumentar el tamaño del arrecife a su máxima expresión porque creen que un gran arrecife es una gran protección contra la maldad del egoísmo humano. Pero, lo que terminan creando son cárceles para el espíritu humano.

Tanto los arrecifes de coral como muchos Estados modernos están muertos porque están dotados de instituciones que debieran ser reemplazadas por otras mejores. Sin embargo, a los socialistas les agrada vivir en enormes arrecifes de coral porque creen que de esa manera llegará el progreso y la felicidad a la sociedad, y es todo lo contrario.

Las sociedades saludables requieren individuos poderosos y con capacidades de decisión en lo que respecta a sus actividades; el paternalismo socialista solo es adecuado para los parásitos que usufructúan del esfuerzo de otros para vivir. Son las rémoras sociales que quieren construir arrecifes de coral para vivir a costa de otros, sin esfuerzo y sin preocupaciones.

Mientras otros están convencidos del mensaje socialista, algunos se despiertan de ese letargo. A veces, ya es tarde, pero el esfuerzo vale la pena…Vale la pena.

Los Estado modernos, construidos por los socialistas, son como los arrecifes de coral: bellos, exuberantes pero muertos, sin vida...¿queremos eso para nuestras sociedades?.

PANORAMA Liberal
Domingo 29 abril 2012

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