HAY QUE…
Un compañero de trabajo, cada vez que surge algún inconveniente, comienza advirtiendo que “evitemos en la discusión el uso excesivo del ‘hay que’ que es una mera intención de sentarse en la galería para mirar como otros resuelven los problemas”. Para actuar no “hay que”, se debe hacer.
Lo anterior porque el año pasado fallecieron 1.589 personas en accidentes de tránsito y en el 2011, la tendencia avanza de igual manera. Así, el director del programa de reducción de tránsito de la Universidad Católica, Pedro Gazmuri, de acuerdo a la prensa, plantea que “hay que implementar una política de estado…hay que fiscalizar de manera exhaustiva…hay que implementar la tecnología que ya existe…hay que instalar de nuevo la discusión de los fotoradares…hay que controlar el consumo de alcohol…hay que dotar a Carabineros de mayores equipamientos…”
Hay que, hay que, hay que…
Lo único claro de la situación descrita es que Gazmuri se ve sentado en la galería, sirviéndose un melón con vino blanco heladito, mientras otro se debe encargar de solucionar el entuerto. Es decir, es una opinión como muchas otras, más o menos infundada, cuando en realidad, lo único que importa es quién hace realmente que las cosas funcionen. Y para eso los “hay que” no funcionan.
Y la solución pasa por involucrar a las personas para que eviten las situaciones de riesgo con los incentivos adecuados. Garrote en el corto plazo, zanahoria en el largo plazo. Por ejemplo, me comentaba una persona que le extrañaba que aun no esté implementada los puntos en la licencia de conducir.
A contar en estos momentos, estoy en la campaña de erradicar el “hay que” para volvernos más proactivos….¡ Hay que ser más proactivos ¡
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