Finalizó
la actuación del Consejo Anticorrupción nombrado por la socialista Bachelet
para enfrentar la problemática de la corrupción con la sorprendente conclusión
que lo más relevante es el proceso constituyente que comienza en septiembre. Sin
embargo, Eduardo Engel, presidente del citado consejo, parece feliz al indicar
que “lo dicho por la mandataria está en
consonancia con lo que propuso el consejo y además fortalece la democracia…Me
parece que potencia lo que propuso el consejo y el informe que ya está
disponible”.
“Lo
dicho por la mandataria…” fue una falta de respeto al trabajo del consejo y a
la participación de la ciudadanía en sus actividades. En otras palabras, la
socialista Bachelet ya tenía claro que, para desviar la atención de la opinión
pública de los hechos de corrupción asociados a su familia y a su agrupación
política, no debía solo proponer reformas en este ámbito sino que debía ir más
allá. Bachelet y los asesores que le recomendaron este paso han mostrado su
escaso manejo e incapacidad de distinguir circunstancias y momentos para hacer
anuncios.
Además,
Engel indicó que “la posibilidad de
contar con partidos políticos totalmente distintos a los que hoy
existen…Modernos, sólidos, con una democracia interna, en que las inscripciones
son transparentes y que sus procesos internos se realicen como en los países
modernos…Creo que es un tipo de reforma que va a quedar en la historia, va a
ser un cambio muy grande para Chile a futuro”.
A
todos ya nos da la impresión que la inteligencia está guardada en el desván
porque cualquier cosa que haga un gobierno, sea buena o mala, siempre quedará
en la historia….Los chilenos queremos menos frases barrocas y rimbombantes para
el bronce y más acción, no sólo para mirar hacia adelante, sino para que todos
los que robaron en el pasado sean advertidos que se enriquecieron con los
recursos de todos abusando del privilegio del poder…
Pero,
volvamos al foco metodológico de este artículo.
LAS RAZONES DE BACHELET…
Las
propuestas del informe incluyen medidas para prevenir la corrupción, regular
conflictos de interés, financiar la política, mejorar la confianza en los
mercados y fijar aspectos de integridad, ética y derechos humanos…¡Todas estas
propuestas no requerían perder el tiempo en un Consejo Presidencial…puesto que
eran las medidas que todos pedían!...
¿Por
qué, entonces, se perdió tanto tiempo…?.
La
única razón es política. Con la inmoralidad derechista en marcha, la izquierda solo
observaba y festejaba dicho descrédito, pero cuando se reveló la inmoralidad
socialista, Bachelet se estremeció hasta los tuétanos porque todo podía salir a
la luz…sus campañas financiadas con dineros turbios…el enriquecimiento ilícito
de su hijo…el caso SQM y todas las aristas que embarraban a su sector…¡Necesitaba
tiempo…! Y para eso creo este Consejo Presidencial, para disponer de más tiempo…ante
el hambre de sangre del pueblo que pedía medidas inmediatas…
Sin
embargo, la única capacidad que tiene la socialista Bachelet es dilatar la
necesaria toma de decisiones formando Comisiones en el pasado y Consejos en el
presente…Necesitaba blanquear sus decisiones y compartir la responsabilidad en
la toma de decisiones. Y para eso los tontos útiles de estas comisiones son
perfectos; corren para participar en estas actividades que no tienen sentido
alguno puesto que las medidas eran conocidas ya por todos…¿o que importaba si
los pasaba por arriba tomando decisiones que los superaban?.
EL PROBLEMA METODOLÓGICO DEL
INFORME ENGEL…
Pero,
además, los miembros de este Consejo, estos tontos útiles, no hicieron bien su
trabajo porque olvidaron un pequeño detalle: identificar el problema
adecuadamente. Cualquier alumno de primer año de ingeniería sabe que no puede
confundir causas con efectos y que son las primeras las que deben ser atendidas
para solucionar los efectos. Y la mayoría de las propuestas de este Consejo
atienden más bien a los efectos que a las causas: para prevenir la corrupción,
para regular conflictos de interés, para financiar la política, para mejorar la
confianza en los mercados y para fijar aspectos de integridad, ética y derechos
humanos…¡Todas estas propuestas atienden los efectos de la
corrupción!...Resulta deprimente que este Consejo, conformado por personas
estudiosas y preparadas, no haya centrado sus conclusiones en los verdaderos
problemas y causas de la corrupción.
PRIMERA
CAUSA: La naturaleza humana
La
especie humana ha progresado materialmente pero su naturaleza no ha cambiado en
lo absoluto. La arrogancia, estupidez, vanidad, ambición, egoísmo, maldad,
envidia, etc. forman parte de nuestra naturaleza y no podemos dejarlas de lado,
y se expresan en una abismal carencia de valores éticos en ciertas situaciones
como, por ejemplo, el ansia de poder político y económico, insaciable,
creciente e ilimitado.
SEGUNDA
CAUSA: Políticos profesionales.
Dado
lo anterior, el paso de la historia ha puesto a la democracia como la forma de
gobierno más desarrollada. Así, estas democracias –en todo el mundo- han
reemplazado a las monarquías y aristocracias de sangre por oligarquías de
burgueses y funcionarios que se han apoderado del Estado y sus recursos para
satisfacer sus intereses personales. Hemos reemplazado castas de “sangre azul”
por casta de “sangre turbia”. En todo el mundo, la política se ha convertido en
una carrera profesional que lleva directamente al enriquecimiento y al disfrute
de un nivel de vida que no tiene correlato con la realidad porque ¿cómo es
posible que la clase política mundial disponga de un poder discrecional tan
enorme que les permita permanecer en el poder por años, décadas y siglos
apoderándose de una buena porción de la riqueza?. Pregúntese caro lector:
¿conoce usted un político pobre que necesite trabajar por el resto de su vida?.
Así,
las democracias modernas se han prostituido en las manos y los bolsillos de una
clase política profesional que vive de la política durante toda su vida. Se
reeligen una y otra vez hasta el cansancio y cuando se aburren, ya están en la
línea de partida sus hijos, sus hermanos, sus nietos y toda la parentela necesaria
para seguir enriqueciéndose y disfrutando de la riqueza generada por los
ciudadanos y contribuyentes…
En
algunos lugares, esta clase política profesional se jacta que ellos son los
únicos que tienen la experiencia para “gestionar los recursos públicos” y que
es su gran ventaja frente a otro ciudadano. De esa manera justifican su
permanencia en el poder por años y años, pero una vez que ingresan a la carrera
de político profesional viven de sus regalías, dejan de crear riqueza y es la
razón que muchos se refieran a ellos como “parásitos fiscales”; pronto, olvidan
las limitaciones de la vida de una persona común y corriente, y se convierten
en personajes intocables y arrogantes; pronto, olvidan el valor del trabajo duro
como la clave para enriquecerse; pronto, comienzan a tejer las redes y los
contactos que les permitan mantenerse en el poder y vender su influencia al
mejor postor; pronto, se enriquecen de una manera que no guarda directa
relación con su aporte a la sociedad…
TERCERA
CAUSA: Concentración del poder político y económico
Al
final, la naturaleza humana y la clase política profesional llevan a la
concentración del poder político y económico. El argumento central es que la
especie humana requiere ser controlada para que el ser humano no se convierta
en el lobo del ser humano, y eso obliga a la aparición de una autoridad central
que norme y regule la convivencia. En la actualidad, la clase política
profesional ha encontrado en la democracia la justificación perfecta para su
permanencia en el poder; ahora, esta clase se cree la elegida para gobernar y
reinar…antaño, algunos gobernaban por su linaje y “sangre azul”…otros, por su
capacidad económica…otros, por su capacidad intelectual o sabiduría…Todos estos
se creen especialmente dotados para fijar las reglas de comportamiento en
sociedad y, consciente o inconscientemente, asumen que su comportamiento no
merece el maltrato de la ciudadanía dado que ellos son lo que son en defensa de
la misma ciudadanía que votó en democracia. En otras palabras, la democracia
justifica los excesos de esta clase política.
Así,
la democracia prostituida por los políticos profesionales lleva a la
concentración política que es el primer paso antes de llegar a la concentración
económica. Aquellos que poseen riqueza se acercan a los poderosos políticos
para requerir regulaciones que cierran mercados y permiten ganancias
extraordinarias. El resultado final son mercados oligopólicos, controlados por
unos pocos, y que financian la actividad política de los políticos
profesionales.
El
círculo se ha cerrado: de la concentración política se ha terminado con la
concentración económica. La corrupción es el lubricante que permite que dicha
relación funcione y genere beneficios para unos pocos.
***
Lo
anterior es la razón de que las propuestas del Consejo solo atienden los
efectos de la corrupción sin tocar en profundidad las causas de ella.
La
única propuesta que se requiere es: UNA PERSONA, UN SOLO PERÍODO EN UN CARGO DE
ELECCION POPULAR, teniendo esta medida como base de sustentación racional y
lógica que el poder es más eficaz e eficiente cuando está fraccionado o
dividido, impidiendo la concentración en una persona o en grupos privilegiados,
con las nocivas consecuencias que ello implica al permanecer los elegidos por
largos períodos en sus cargos de representación político partidista.
El
principio de solución que postulamos es que una persona solo pueda ser electa a
un cargo popular en una sola oportunidad, y por una sola vez a un cargo patrocinado
por un partido político o en calidad de independiente para un empleo público de
Concejal, Alcalde, Diputado, Senador y Presidente de la Nación. Al término de
cada período en el cargo no podrá ser reelecto(a) en el mismo puesto y quedará
inhabilitado por el mismo número de años para el cual fue electo para optar a
un cargo distinto. Así, si una persona de 30 años desea iniciar un carrera
política podrá tener la siguiente progresión política: con 30 años será
concejal; 38 años, alcalde; 46 años, diputado; 54 años, senador; y con 62 años,
presidente. Y luego de ser electo en este último cargo no podrá volver a
postular nuevamente a cargo alguno de elección popular.
La
amplitud de este ciclo electoral presenta variados beneficios para un
desarrollo más ecuánime en la selección y competencia de los postulantes,
permitiendo un permanente recambio generacional de la política, adquisición de
experiencias y conocimientos en la alta responsabilidad social que conlleva
estos cargos sin perder de vista que las políticas públicas impactarán en la
vida de los que legislan.
Por
lo tanto, decir “NO A LA REELECCIÓN INDEFINIDA EN UN CARGO” es una condición
necesaria y suficiente para modernizar el sistema electoral que no permita
enclaves de poder perenne que engendra y difunde una relación perversa entre
Política y Dinero. Si ciudadanos comunes y corrientes se involucran
crecientemente en la política, volverá la confianza en la democracia.
Necesitamos
profundizar la democracia desde sus mismas raíces en sindicatos, escuelas,
universidades y partidos políticos de modo que todos se involucren
responsablemente. De este modo, los ciudadanos electos en los distintos cargos
estarán mejor impulsados para trabajar y legislar en la solución de los
problemas reales del diario vivir con la finalidad última de conseguir una
patria más justa, unida y con gran fe en el porvenir de nuestras nuevas
generaciones.
Todas
las otras propuestas resultarán irrelevantes si no se controla el surgimiento
de una clase política profesional. Esta es la razón de que resulta deprimente
que este Consejo, conformado por personas estudiosas y preparadas, no haya
centrado sus conclusiones en los verdaderos problemas y causas de la
corrupción.
Panorama LIBERAL
Sábado 2 Mayo 2015
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