En la Tercera se publica que Piñera escribió en su cuenta de twitter que “juntos vamos a derrotar la pobreza extrema y sentaremos las bases para ser un país desarrollado y sin pobreza antes de que termine esta década”. Y la pregunta surge de inmediato: ¿es factible que el asistencialismo derrote la pobreza extrema y nos transforme en un país desarrollado?.
El ingreso ético familiar
El Presidente Sebastián Piñera, junto al titular de Mideplan, Felipe Kast dieron inicio de la primera etapa del ingreso ético familiar que estará operativa a partir del 1 abril y hasta el 31 de diciembre. De acuerdo a las autoridades, el objetivo “es buscan superar la pobreza extrema en Chile al 2014”.
Esta iniciativa consiste en bonificaciones monetarias a unas 130 mil familias vulnerables del programa Chile Solidario, cubriendo un universo total de aproximadamente 490 mil personas dividido en tres segmentos en función del nivel de ingresos.
El primer segmento, los más vulnerables, y que son los que están más lejos de alcanzar un ingreso familiar mensual de $250 mil-, recibirán mensualmente a partir de abril un aporte de $.500 por cada integrante del grupo familiar. El segundo segmento, recibirá $6.000 per cápita y el tercer segmento, recibirá $4.500 por cada integrante del núcleo familiar.
En conjunto con los bonos bases anteriores, se crean aportes condicionados a ciertos niveles de esfuerzos por parte de las familias, Por ejemplo, se darán beneficios extras a aquellas familias que mantengan a sus hijos matriculados y con la salud controlada. Además, se incentivará la inserción de la mujer al mundo laboral.
Sin embargo, esta primera etapa del ingreso ético culmina este 31 de diciembre y para que los beneficios continúen se necesita institucionalizar el sistema. Entonces, de acuerdo con el ministro Kast, en lo que resta del primer semestre de este año se enviará al Congreso un proyecto con este fin. Señala Kast que "el objetivo es que comience a operar el 1 de enero de 2012 o cuando lo establezca la vigencia de la ley, la idea es que las familias puedan seguir recibiendo estos beneficios". Es decir, las familias pueden seguir recibiendo estos beneficios de forma permanente, ¿alguien querrá salir de este escenario tan cómodo?. Puro asistencialismo.
¿Puede alguien, en su sano juicio, creer que el asistencialismo permitirá derrotar la pobreza y transformarnos en desarrollados?
Las naciones que han logrado superar la pobreza, lo han hecho a través del esfuerzo sistemático de sus habitantes para generar riqueza y crear empleo. No se puede crecer ni menos reducir la pobreza por medio de la caridad, regalando dinero o bienes, pero al parecer esta es una afirmación políticamente incorrecta.
Por ejemplo, pese a las ayudas internacionales a Haití, más de un millón de personas aún se encuentran en tiendas en campaña y, aparentemente, desean seguir igual. Si recordamos que el ser humano actúa en base a estímulos, ¿por qué alguien se va a esforzar si puede obtener lo mismo sin hacer nada?.
Entonces, la evidencia es concluyente: para reducir la pobreza lo más sensato es dar trabajo y no regalar dinero o bienes. Por ejemplo, facilitar el acceso al empleo, subsidiar fuertemente a las empresas que creen empleo, etc.
La inutilidad del asistencialismo
El asistencialismo no conduce a nada y solo genera la impresión de que alguien debe hacerse responsable de la pobreza de ciertas comunidades. Pero, lo que las personas necesitan es empleo, oportunidades de desarrollar sus talentos, y una educación para niños y jóvenes que responda a las necesidades de cada país.
Nadie puede estar en desacuerdo en entregar subsidios, bienes o alimentos para aliviar situaciones de emergencia, pero es una ilusión creer que con eso se superará la pobreza. Esta última de alimenta de la ignorancia, de la falta de empleo y oportunidades.
Un país alcanzará el éxito cuando una masa crítica de sus habitantes pueda desarrollar sus talentos y capacidades. El talento humano no pertenece a una cierta clase social sino que está distribuido transversalmente, por lo cual se deben generar las condiciones para que pueda expresarse en toda su plenitud.
Piñera y su gobierno están equivocados cuando plantean que “juntos vamos a derrotar la pobreza extrema y sentaremos las bases para ser un país desarrollado y sin pobreza antes de que termine esta década”. Y lo que podemos anticipar es que con estas políticas asistencialistas jamás derrotaremos la pobreza extrema y con este recurso humano sin musculatura, difícilmente seremos un país desarrollado para el tricentenario.
La riqueza es el resultado del esfuerzo de todos. La pobreza es el resultado del esfuerzo de algunos.
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