La presión por más y mejor educación ya es insostenible; todos dicen quererla y al parecer nadie la encuentra. Incluso, los profesores y los alumnos también piden más y mejor educación lo que resulta curioso porque la educación la “crean” ellos con su diario accionar basado en hábitos y mucho trabajo. La pregunta a hacerse es, entonces, ¿qué se está pidiendo?.
En primer lugar, más y mejor educación requiere esfuerzo y mucho trabajo, y un necesario aumento de la intensidad y de las horas de estudio. Una mejor educación no se adquiere por decreto. En este sentido, ¿están dispuestos los profesores, las familias y los alumnos a que se les aumente el nivel de esfuerzo para mejorar sus resultados?. Por ejemplo, menos horas de entretención y más horas de trabajo.
En segundo lugar, una mejor educación implica selección de los mejores. El proceso educativo requiere alcanzar ciertos estándares y metas por alumno (por ejemplo, saber leer y escribir en 5to año básico) , ¿qué pasará con aquellos alumnos que no alcancen los estándares mínimos en enseñanza básica o media?, ¿debemos continuar obligándolos a cursar la enseñanza media o enseñanza superior?; si algunas familias están dispuestas a aceptar que algunos de sus hijos no tienen las competencias ni capacidades para continuar a los niveles superiores de estudios, ¿por que obligarlos?. En este sentido, ¿están dispuestos los profesores, las familias y los alumnos a una evaluación rigurosa de los resultados educativos?.
En tercer lugar, una mejor educación requiere familias comprometidas. La educación va más allá de la simple transmisión de conocimientos; sin el compromiso de las familias la calidad de la educación solo será una quimera, ¿están dispuestas las familias a asumir la responsabilidad de la educación de sus hijos y no traspasársela a un tercero?.
En cuarto lugar, una mejor educación requiere de la libre elección de las familias. La elección del colegio adecuado para los hijos mejora la autoestima familiar al poder tomar estas decisiones; se entregan oportunidades antes no disponibles; los colegios deben mejorar sus procesos educativos y sus resultados para llenar sus cupos y sobrevivir; etc.
Las sociedades “opulentas” requieren de un ambiente pleno de libertades y la libertad de elección es una de ellas. Dar pasos para financiar colegios estatales es dar pasos en el vacío y engendrar más pobreza y desigualdad. En cambio, más personas con más poder de decisión profundizarán la democracia, la igualdad y el respeto.
Más libertad es más riqueza.
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Hace 4 horas
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