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martes, 22 de febrero de 2011

EL SUICIDIO DE LA DEMOCRACIA, Van Rysselberghe


La sra. intendenta Van Rysselberghe ha manifestado que “se impondrá la racionalidad”, en relación, a la discusión sobre la acusación constitucional que pretenden presentar los parlamentarios de la Concertación y algunos más, en su contra. 

¿Qué significado tiene “imponer la racionalidad”?, ¿significa que si la acusan será irracional y si no la acusan, racional?.

Con estas conductas estamos suicidando la democracia vestigial que tenemos. El abuso de la razón para justificar la sarta de sandeces y leseras terminará pasándoles la cuenta a los políticos actuales, y más temprano que tarde, nuestra sociedad caerá (¿no habremos ya caído?)  bajo la bota de aquellos que creen que las mejores soluciones provienen de la razón de algunos oscuros coroneles.

Está absolutamente equivocada la sra intendenta, y con ella, todos los que creen que la racionalidad debe imponerse, ¿cómo va a imponerse lo que nos marca a fuego?. Porque no existe la irracionalidad en política como en todo el quehacer humano: existen buenas y malas decisiones tomadas en base a principios morales y éticos, y mucho sentido común.

Por eso, todas las opciones son absolutamente racionales, por lo que, es un error garrafal convertir a la razón como una especie de rehén que debemos liberar.

La racionalidad de todas las opciones.

Tal como decía Jorge Millas, la razón “es el instrumento natural de la inteligencia humana en su intento de comprender las cosas desde el punto de vista de sus conexiones universales”. Además, “hablamos de racionalidad para referirnos a ese estatuto regulador de todo pensamiento reflexivo cuando afirma, niega, conjetura, duda, e intenta hacer valer sus asertos ante cualquier interlocutor posible, construyendo sistemas de proposiciones”.

Es decir, somos racionales porque usamos la razón para interpretar nuestro mundo. Por lo tanto, todas las opciones posibles son razonables.

Aquí no está en juego la racionalidad sino la moralidad y el sentido común que son la clave. Que acusen o no, a la sra intendenta es una decisión racional, pero la cuestión es: ¿tiene sentido?, ¿es ética la conducta de ella o la de ellos?. Esta es la cuestión.

Los Bastardos de Voltaire

Por supuesto, en política existen los fundamentalistas. La UDI y la ara intendenta son fundamentalistas de la razón.Bien los describió John Ralston Saul en su estupendo y polémico libro "Los Bastardos de Voltaire".

La UDI y la sra intendenta son fundamentalistas, por que buscan imponer su propia visión racional del mundo a cualquier costa. "Si Voltaire apareciera entre nosotros, se horrorizaría con la dictadura actual de la razón que ha destrozado todo lo demás, especialmente el humanismo".  La razón es una herramienta para regular nuestro pensamiento, pero también tenemos el honor, la ética, el juicio y sentido común.

Pero, los fundamentalistas no se inmutan, siguen caminando, mientras recargan sus armas racionales para que la democracia se inmole en sus propios altares, mientras le gritan a todos:¡ Somos demócratas ¡

Si, claro, demócratas de papel celofán.

1 comentario:

  1. Todo el elemento de la razon como ejercicio de busqueda debe estar acompañada de todos lo valores y virtudes, donde en su conjunto generan decesncia, entiendase este termino no como un efecto de urbanodad sino como aquel punto en donde conmfluye el ejercicio de la razon con el sentido comun, con la creatividad y con la sensibilidad e inocencia en algunos casos, diria que la la razon compleja genera la accion decente y no el dogma y retorica

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