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martes, 13 de agosto de 2013

Política. LA RAZÓN DE LA INCOMPETENCIA DE LOS POLÍTICOS Y SUS GOBIERNOS


Ya son demasiado los presidentes que piden perdón por no hacer
su trabajo...¿porque votamos por ellos? 
El presidente Piñera ha salido a pedir perdón por las deficiencias que presentó el proceso de censo 2012, y que debería ser realizado nuevamente. Ha dicho que "efectivamente se cometieron errores en la planificación y en la ejecución del censo del año 2012, y quiero pedir humildemente perdón a todos los chilenos por esos errores". Y no es el único…

En su momento, Bachelet ofreció disculpas por el Transantiago ocho meses después de implementarse. En una cadena nacional, dijo que "no es común que un Presidente se pare frente a la Nación y diga: aquí las cosas no se han hecho bien. Pero eso es exactamente lo que yo quiero decir esta noche en el caso del Transantiago…Las palabras empeñadas no bastaron, las dificultades se minimizaron y si cada aspecto se chequeó numerosas veces, no fue suficiente". Además, por el mismo hecho, Lagos manifestó que "debemos reconocer con dolor que este cambio del transporte público de Santiago ha ocasionado, en esta primera etapa, perjuicios, molestias y sufrimientos a mucha gente, particularmente a las familias más modestas. A ellos les pido excusas muy sinceras. A ellos les reitero mi afecto y cariño…Los habitantes de Santiago y los más pobres en particular se merecen una disculpa de todos nosotros. Los ciudadanos han tenido un comportamiento extraordinario, han tenido mucha paciencia...".

Es verdad, los ciudadanos han tenido y tienen demasiada paciencia con los permanentes errores y manifiestas incompetencias de los políticos. ¿Cuál es la razón para que estas autoridades que han sido elegidos para mejorarnos la vida nos terminen pidiendo perdón por la notable incompetencia de las instituciones y funcionarios de su gobierno?, ¿buscan que la ciudadanía les perdone sus fiascos en forma gratuita?, ¿entonces, por qué prometen tanto si saben que van a cumplir en muy poco?...

LA RAZÓN DE LA INCOMPETENCIA DE LOS POLÍTICOS

Una vez Ronald Regan dijo que “las ocho palabras más terroríficas son: soy del Gobierno y estoy aquí para ayudar" y no deja de tener razón, pero los socialistas o “socio listos” siempre exigen mayor participación del Estado en la vida diaria de los ciudadanos porque creen que ellos si serán los que nos cambiarán la vida. En realidad, los Estados son una causa permanente de generación de más y nuevos problemas que surgen desde los sistemas y lugares más extraños. Sin embargo, el mensaje socialista ha llegado tan profundo en ciertas personas que han terminado creyendo que todo lo que les pasa es culpa de un sistema perverso gestionado por personas perversas. Así, ha surgido el resentimiento hacia los empresarios y el mercado como los “culpables” de los malos resultados que tenemos. Y el verdadero responsable sigue suelto por las calles…

El Estado como fuente de solución de los problemas de la sociedad es absolutamente inviable porque es gestionado por una oligarquía de partidos políticos que tienen su propia lógica basada en la defensa corporativa de sus propios intereses de corto plazo. Al final, el resultado lleva siempre al nepotismo, a la corrupción, a la defensa de intereses personales, y al surgimiento de una franca y abierta connivencia con las oligarquías financiera, económica, con el poder judicial y los organismos de control a su servicio. Por eso, a nadie le extraña que los mismos apellidos se repitan en todos los pasillos de los caminos que se entrecruzan con el poder.

Así, nos atrevemos a manifestar que en Chile no existe una absoluta separación de poderes porque las decisiones que afectan a distintos poderes se conversan y resuelven en los dormitorios. Además, podemos decir que el poder judicial no es independiente y es funcional a los intereses del poder político que les financia sus operaciones; podemos decir que ni los diputados ni los senadores representan a los ciudadanos puesto que solo representan a los partidos a los cuales pertenecen…Todo este sistema político genera endógenamente una excesiva concentración del poder, y esta concentración política lleva directamente a la concentración de la riqueza que genera una pésima distribución de la renta.

Sin embargo, lo más extraño es que los candidatos mejor perfilados continúan y continuarán ofreciendo las mismas recetas gastadas, prometiendo castigar a los ciudadanos con más impuestos que van a financiar la estadía de más diputados y senadores que surgen con la excusa de “mejorar la representación democrática” y “modificar el sistema binominal”. Otros, nos hablan de una “asamblea constituyente” que sería un perfecto instrumento para que la jauría izquierdista asalte el poder con sus letanías…¡Ninguno de estos insensatos es capaz de ponerse en los pantalones de los ciudadanos comunes y corrientes que solo queremos vivir en un ambiente de libertad y amplias oportunidades para el desarrollo en base al propio esfuerzo!.

Recordamos a Albert Einstein  cuando dijo que “no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos…”, pero los políticos pretenden resolver los problemas que crearon usando el mismo mecanismo interventor, el Estado, que es una terrible máquina que subyuga e hipnotiza a los individuos haciéndoles creer que son unos inútiles e incapaces de gestionar sus propias vidas, entregándoles a la oligarquía de partidos políticos el poder de hacer lo que quieran en el corto plazo.

Y esta es la cuestión clave: la oligarquía política toma decisiones populistas basadas en el corto plazo (por ejemplo, para ser reelecto) y olvidan que sus decisiones impactan en el bienestar de los ciudadanos en el largo plazo. Además, los partidos políticos están integrados por personas que aman acceder al poder para aprovecharse. Y, finalmente, tienen una excesiva creencia que el animal estatal podrá generar riqueza controlando a los individuos. Tenemos, entonces, la mezcla perfecta para la notable incompetencia de los políticos y sus gobiernos.

En resumen, la concentración política genera concentración económica y ahoga las oportunidades para que los ciudadanos de talento puedan desarrollarlos libremente. En cambio, nos imponen decisiones centralizadas lideradas por el animal estatal que están condenadas a fracasar porque el mundo es demasiado complejo para dejarlo en las manos de una oligarquía que piensa en sus propios intereses de corto plazo.

PANORAMA Liberal

Martes 13 Agosto 2013

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