Codelco, el gran desperdicio del Estado de Chile, ¿podremos revertirlo? |
Codelco es, probablemente, nuestro mejor ejemplo de
que cuando el Estado, es decir, todos, intentamos gestionar una empresa lo
haremos de la peor manera posible. Equivale, por cierto, a que nadie la
gestione. Es la gran farra del Estado de Chile que se ha conformado con tener
una vaca lechera, generadora de flujos, y no una empresa estrella.
Por eso, no es políticamente correcto decir que el
Estado de Chile se ha farreado la primera transnacional, que podría haber
incrementado la riqueza del país en volúmenes mayores de los que hemos recibido
en su larga historia. En cambio, es políticamente correcto decir que Codelco es
el “sueldo de Chile” porque nuestros políticos, la mayoría proclives a la
ideología socialista, han convencido a la ciudadanía de que tener un sueldito
es mejor que invertir y aumentar la riqueza.
A fines de mayo Diego Hernández, presidente ejecutivo
de Codelco, sorprendió a muchos con su decisión de renunciar a la mayor empresa
del país. Pero lo más llamativo fueron las razones argumentadas para explicar
su renuncia.
LA RAZON
PRINCIPAL DE LA FARRA DE CODELCO
Se le pregunta a Hernández las razones de su renuncia a
Codelco. Contesta, “principalmente, por el desacuerdo sobre cuál es el rol del
directorio y cuál es el rol del presidente ejecutivo. Mi visión es que el
directorio debe dar la visión de largo plazo, la guía, aprobar la estrategia,
los grandes temas y, en el caso particular de Codelco, llevar la relación con
el dueño. En cambio, la administración debe presentar las ideas y los
programas. Estos deben ser aprobados por el directorio, para que después sean ejecutados.
El presidente ejecutivo es quien administra Codelco y sigue la hoja de ruta
generada con el directorio, instancia que guía a la empresa. En esa visión,
como ejecutivo, puedo contribuir mucho y me siento cómodo, sin que esto
signifique pedir cheques en blanco o no tener que rendir cuentas…”
Pero, agrega, “la visión de los miembros del
directorio, en cambio, es que ellos deben contribuir, involucrarse y participar
mucho más allá en las decisiones de la administración…Haciendo una especie de
control de calidad de la administración a lo largo del año. Yo, en ese esquema,
no funciono muy bien, por mi personalidad. Me gusta ser el cocinero principal,
y no quiero tener a otros cocineros metidos en mi olla…El problema es que se
puede quemar la comida…Para tomar las decisiones en muchos de estos temas hay
que tener la película completa y no meterse en forma parcial en algunos de los
hitos. Porque haya mucha gente contribuyendo no necesariamente hará que el
resultado sea mejor…”
Y se le pregunta “¿cuáles son las consecuencias?...Un peor
desempeño. El problema efectivo es que el sistema de toma de decisiones se
retrase, se complique, y tal vez, para tomarlas, hay que hacer más compromisos
que desvían la ruta trazada. Todas estas diferencias de visión las discutimos
con el directorio…”.
Además, respecto de la situación con Anglo manifiesta
que “a mí, en todo este período, lo que me corresponde es avanzar y cooperar en
la estrategia que elija el directorio...”. Pero, en relación a si dejar este tema
en manos del directorio vino del gobierno responde que “no me corresponde hacer
conjeturas, lo que me corresponde como profesional es seguir las instrucciones
y tratar de hacer lo mejor…No decido hacerme a un lado. Lo que pasa, y yo
respeto la decisión, es que el directorio decidió tomar desde la
judicialización el proceso asociado a la opción de Anglo…”.
¿Cuál es, entonces, la razón principal de la gran
farra que nos hemos dado con Codelco?. El Estado de Chile, representado por los
sucesivos gobiernos desde el régimen militar hasta hoy, han sido los
principales responsables de la pobre gestión de Codelco debido a su permanente
intervención en la administración de la compañía para privilegiar intereses políticos
y alejándose del propósito central que es generar riqueza y hacer crecer la compañía.
Algunos dirán “¿Por qué pobre gestión en Codelco?, ¿cómo
se puede decir tamaña barbaridad?, ¿estaré leyendo bien?”. Y, claro que es cierto
que Codelco es una de las empresas productoras de cobre más importantes a nivel
mundial, con niveles de producción anual
superior al millón 700 mil toneladas métricas, lo que se traduce en los últimos
años en excedentes por 9 mil 215 millones de dólares para todos los chilenos.
Con estos resultados, ¿cómo podemos hablar de pobre gestión?.
En realidad, si revisamos la misión podremos leer que
Codelco debe “desplegar en forma responsable y con excelencia, toda su
capacidad de negocios mineros y relacionados en Chile y en el mundo, con el
propósito de maximizar en el largo plazo su valor económico y su aporte al
Estado. Codelco llevará a cabo su misión, enfatizando una organización de alto
desempeño, la participación, la innovación creativa y el conocimiento de las
personas en permanente desarrollo”.
Y, he aquí el problema. Es imposible que una empresa maximice
su valor económico en el largo plazo, y, al mismo tiempo, maximice el aporte al
Estado de corto plazo. O uno o lo otro, no ambos al mismo tiempo. Por lo tanto,
la misión de Codelco es maximizar el aporte al Estado lo que ha significado que
no han maximizado el valor económico a largo plazo de la empresa que debió
haberse convertido en la primera transnacional chilena de la historia.
Pero, como nuestras autoridades son elegidas para liderar
solo en breves periodos de tiempo, por eso solo insisten en maximizar los
aportes de Codelco para diversos fines. Por ejemplo, en el gobierno militar se
tomó la decisión de que el 10% de las ventas de la empresa se destinaran a
financiar la compra de armamentos por parte de las FFAA.
Es razonable, entonces, que el directorio actual le haya
concedido a Diego Hernández autoridad pero no la necesaria responsabilidad para
ejercer sus funciones porque es costumbre que sean los directorios de la
empresa estatal los que intervengan en la gestión del día a día, generando un
cuadro de permanentes crisis y evaluaciones.
¿Cómo podemos esperar que Codelco se proyecte a largo
plazo si los gobiernos que la administran tienen objetivos de corto plazo?
Esta es la primera razón de la farra: la presencia de políticos
y gobiernos que han utilizado a Codelco como una generosa fuente de ingresos,
“el sueldo de Chile”, para financiar sus programas de gobierno de corto plazo.
Además, la lógica de los gobiernos de turno ha permitido
que los trabajadores hayan tomado el virtual control de la empresa en una
especie de co-gobierno. Algunos trabajadores de Codelco manifiestan que “los
ejecutivos de la compañía saben que deben ir solo hasta donde nosotros se lo
permitamos..”. Es decir, se consideran a sí mismos como los únicos propietarios
del negocio porque “somos nosotros los que nos sacrificamos en estas duras
condiciones laborales…”. Por lo tanto, Codelco no pertenece a todos los chilenos,
sino a los trabajadores que laboran en ella.
Por supuesto, no estamos en contra de que los
trabajadores accedan a un mejor nivel de vida y bienestar, pero, desafortunadamente,
en este caso, han fallado los liderazgos portadores de una mirada empresarial
para crear riqueza y no solo buenos sueldos. Y este débil escenario, durará
hasta que la estupidez socialista vuelva a hacer su ingreso a la escena con el
mismo discurso y las mismas letanías nacionalistas absurdas y pasadas de moda.
LA
MODERNIZACIÓN DE CODELCO
Codelco no necesita más gobernantes socialistas en la
gestión de su empresa y que solo redundan en mirarse el ombligo como una fatal
costumbre. Por ejemplo, la débil gestión de Codelco implica que, en la
actualidad, solo produce el 28 % de la producción de cobre mundial, mientras
que en los ’80 disponía del 95 % de la producción en mano del estado, ¿señal de
éxito o fracaso?.
Es una clara señal de fracaso y debilidad empresarial debido
a la intervención permanente y flagrante de directorios politizados, intervenidos y movilizados solo para maximizar
los aportes al Estado y al actual sistema, sin interés alguno en el desarrollo
de la empresa. Estos socialistas “lamentan que hoy el país solo tenga el 28 %
de la producción de cobre mundial cuando antes tenía el 95 % de la producción”.
Y creen estos ilusos socialistas que dicho crecimiento es como un proceso automático
que podría haberse generado con ellos al mando.
El crecimiento de la producción de cobre se debe a la
energía de empresarios privados que han invertido gracias a las posibilidades
de obtener ganancias, y no debido a la “justicia social” ni “solidaridad”
alguna. Y es lo contrario de lo anterior la principal razón del anquilosamiento
de Codelco: la ausencia de liderazgos y una mirada empresarial que permitan el crecimiento
sostenido de la mayor empresa de Chile, ¿quién puede estar en contra de que la
mayor empresa de Chile siga creciendo, horizontal y verticalmente?.
Sin embargo, debemos reconocer que algunos gobiernos
hicieron esfuerzos por drenar la grasa de los compartimentos de la empresa,
pero siempre fue una mirada hacia adentro y para reducir costos. Así, para
mejorar la eficiencia se enajenaron el puerto de Ventanas de la División
Andina, la termoeléctrica de Tocopilla, la
Central Talleres y la Central Eléctrica Coya y Pangal de División El Teniente; se
entregaron a los privados las exploraciones de Codelco; en algún momento, se anunció
el cierre de la División El Salvador por el término de su vida útil, y se han tercerizado
muchas actividades reduciendo la plantilla de casi 30.000 trabajadores a 10.000.
Pero, todos estos esfuerzos, bien motivados, requirieron negociaciones y compromisos
que significaron cortar los brazos de la compañía y detener su crecimiento y
desarrollo futuros.
Por lo tanto, ningún gobierno hizo intentos sostenidos
por modernizar Codelco y crear una estrategia de internacionalización que
permitiera liderar el mercado del cobre mundial por medio de un proceso de integración
vertical y horizontal. Una vez más, la mentalidad socialista nos ha pasado la
cuenta, y Codelco sigue siendo una empresa importante pero cada vez más pequeña
en términos de volúmenes de ventas; en vez de ser una empresa empresarialmente autónoma
es una empresa políticamente amarrada a compromisos con grupos de poder que
solo buscan sus propios beneficios como los actuales trabajadores, sus
asociaciones gremiales, y los políticos de turno.
Y AHORA HA
LLEGADO EL MOMENTO DEL LITIO…
Y, ahora, que el mundo valora el litio como mineral no
metálico surgen los políticos socialistas que desean presentar proyectos de
reforma de ley de Codelco que amplíen expresamente el giro de la minera estatal
a la explotación de sus pertenencias de litio y del derecho preferente a
explotar las reservas estatales de este recurso natural. E, incluso, algunos se
preguntan “¿para qué hacer un proceso de licitación a privados si tenemos una
empresa estatal de clase mundial, que representa la dignidad y el orgullo de
los chilenos?. Y que, además, “puede directamente hacerse cargo de un negocio
que debe beneficiar ciento por ciento al país y no en un mero porcentaje”. Por cierto,
estas últimas afirmaciones son expresiones socialistas muy populistas y
empobrecedoras como ya hemos indicado.
¡Peligro…quieren que Codelco participe en el mercado
del litio!
Si Codelco fuera una empresa maximizadora de la
riqueza nadie podría negarse, pero ya hemos dado suficientes argumentos para
establecer que los socialistas solo ven en Codelco una vaca lechera y no una
empresa estrella.
Nuestra mentalidad socialista, ampliamente difundida
en los medios por políticos y periodistas faltos de preparación y escasos de
ideas, nos condena a una permanente pobreza. Y este subdesarrollo mental se
convierte en el más empobrecedor de los subdesarrollos.
Adiós Codelco. Bienvenida la farra continuada, ¿tendrá otra oportunidad?
PANORAMA
Liberal
Sábado 23
Junio 2012
Estimado, deseo recibir sus actualizaciones en mi correo. Muchas gracias.
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