NO A LA REELECCIÓN, SI AL VOTO VOLUNTARIO ELECTRÓNICO

Los miembros de la Corte Suprema han dado una interesante señal respecto del proyecto de ley sobre inscripción electoral automática y voto voluntario. Plantean que “son de la opinión de consagrar el derecho del chileno a sufragar en el extranjero, sn más exigencias que las impuestas a los chilenos en Chile”. Recordemos que no puede votar aquella persona con pena aflictiva o terrorista.

Indican que “se requieren establecer mecanismos para que los chilenos puedan ejercer su derecho a sufragio, independiente del lugar en que se encuentren…La residencia de un chileno en el extranjero no puede ser un factor de discriminación en el ejercicio de los derechos consagrados por el legislador”. Además, las personas no condenadas y privadas de libertad también deben ejercer su derecho a voto.

Lo indicado por la Corte Suprema va en el correcto sentido y es un muy buen paso que deja al descubierto las mezquindades de cierta parte de la clase política que en este tema tienden a aplicar la calculadora y analizar de que manera las modificaciones legales pueden beneficiarlos.

Seamos claros: la inscripción debe ser automática, el voto voluntario y pueden votar todos los chilenos tanto en Chile como en el extranjero. Sin embargo, se requieren mejoras adicionales que debieran ser implementadas para modernizar un proceso de elecciones ya pasado de moda y caduco.

Voto electrónico y en cualquier lugar

El avance tecnológico ya permite que se pueda ejecutar el voto electrónico. Es decir, dejar de votar con papeles para votar mediante teclados de manera rápida y confiable.

Por ejemplo, se podría utiliza un sistema lector de de código de barras que permita leer los datos que aparecen en el RUT del elector, los cuales se muestran en una pantalla, y luego de comprobada su identidad se le entrega el dispositivo que empleará para activar la cabina de votación en la cual existe un equipo informático con una pantalla sensible al tacto (touch screen) en donde el elector emite su voto. Finalmente, se pueden consolidar los resultados de las cabinas de votación de una manera más rápida, impresión de reportes y actas electorales, y generación de los archivos para la transmisión de resultados de nivel nacional.

Si se implementa este sistema, los chilenos podrían votar en sitios habilitados y en cualquier lugar en que se encuentren, ya sea en Chile o en el extranjero. En otras palabras, vamos a decir adiós a la forma como se vota hoy con todos los beneficios que eso implica.

No a la reelección

Para complementar y profundizar la democracia, se requiere incorporar en la norma constitucional, aquella que indique que para los cargos de elección popular no puede haber reelección.

Esto último para evitar que se instalen clanes y apellidos para perpetuarse en el poder y obtener beneficios. No puede aceptarse que existan más casos como los clanes Girardi y Van Risselbergue que copan cargos públicos con familiares y que tejen redes de poder cada vez más intrincadas. Por cierto, siempre los únicos beneficiados son ellos.

La política no es turbia ni corrupta, son los políticos los turbios  y corruptos

Algunas personas dicen que no votan porque consideran "todos los políticos son corruptos y no se les debe prestar apoyo". Pero, esa forma de actuar solo eterniza en el poder a aquellos que lo utilizan en su propio beneficio y que a voz en cuello pregonan que son “servidores públicos”.

Hace mucho tiempo dejaron de existir los servidores públicos. En la actualidad, las personas se sirven de su accionar político para mejorar su estándar y condiciones de vida de una manera calculada. Así, los socialistas como Bachelet y Lagos que pregonan “más igualdad y más redistribución de riquezas” y ponen "ojitos llorosos", reciben todos los meses sus cheques por la bonita suma de $16.000.000, y por el solo hecho de hecho de ser ex presidentes y sin contraprestación. Ellos, son los más iguales de todos.

Finalmente, cualquier mejora y profundización de la democracia (voto voluntario, electrónico y no a la reelección) permitiría que las personas participen del proceso político porque les importa y no porque les obligan. Tenemos claro que los políticos pretenderán seguir con el status quo que les favorece, pero es papel de todos (no solo de los jóvenes) continuar presionando por más transparencia y políticos más preparados.