CON LA FRUSTRACIÓN DE LA UDI, ¿PODRÁ PIÑERA?

Ya a estas alturas, la principal debilidad del gobierno es que no representa a ninguna Coalición por el Cambio sino que más bien a su opuesto, la No-Coalición por el Cambio. Es decir, estamos frente a un  gobierno sustentado por una débil alianza política, válida solo en el papel, con nulos proyectos conjuntos y una total ausencia de lealtades, que lleva que, a la primera de cambio, la UDI se muestre tal como es. Y la razón tiene un nombre: frustración.

Comprendiendo a la UDI: Teoría de la Frustración

La teoría de la frustración, fue propuesta por Dollard et al. (1939), y consiste  en que cuando a un sujeto –o grupo de sujetos- se le presenta un obstáculo, que le impide lograr la satisfacción, esto le provoca frustración y ocasiona conductas agresivas como respuestas instintivas, en su afán de afirmar y defender su propia identidad.

En el caso de la UDI, la última conducta agresiva fue la férrea defensa corporativa de la intendenta que no pasó desapercibida para el gobierno ni para la oposición ni para nadie, tanto en la forma (por ejemplo, el tono imperativo y violento de Novoa) como en el fondo (¿quién gobierna?, ¿Piñera?). Y la frustración surge al sentir que este gobierno no representa sus aspiraciones más profundas.

¿Y cuáles son esas aspiraciones profundas que no están satisfechas?. En primer lugar, sienten que el actual presidente no es de los suyos ni en cuerpo ni en espíritu, y en segundo lugar, este gobierno no camina por la ruta que ellos quisieran. Y eso les genera mucha frustración que lleva a la agresión.

Cualquier tipo de agresividad tiene como característica más sobresaliente el deseo de herir y causar daño; el que agrede sabe que a su víctima no le gusta lo que está haciendo y, por tanto, no evalúa su comportamiento como una violación de las normas sociales, sino que culpa a la víctima de lo que está pasando lo que refuerza sus conductas.

Así, de continuar esta situación seguiremos viendo conductas de la UDI en contra del gobierno que provocarán erosión, crecientes molestias y en casos extremos, caída en las encuestas. 

¿Qué puede hacer la UDI para tratar su frustración?

Un sicólogo recomendaría a la UDI esforzarse en cambiar o terminar con lo que le produce la frustración. Y existen las siguientes estrategias:

1.     Estrategia Ataque-Agresión: Consiste en confrontar lo que está produciendo ese estado de frustración de forma de transparentarlo. Por ejemplo, la UDI debiera decir que Piñera no es su presidente. Es una solución válida, pero no ataca las causas de la frustración, y esta no desaparece.

2.     Estrategia de Huida. Consiste en huir de la frustración, evitando la confrontación. Esta es la estrategia que está usando actualmente la UDI: aceptar a Piñera como un mal menor. Esta solución no resuelve las causas de la frustración.

3.     Estrategia de Sustitución. Consiste en sustituir la situación que está incomodando por otra que no produzca estos sentimientos. Por ejemplo, la UDI debiera apoyar seriamente a Piñera pensando en que el éxito del gobierno podrá facilitar el posicionamiento de más candidatos UDI en las próximas elecciones.

Está claro, entonces, la estrategia que debiera seguir la UDI, pero, ¿estará en condiciones de tomar las decisiones correctas?, ¿que pasa si la frustración está ubicada profundamente en el subconsciente gremialista?. Complejo panorama

¿Y Piñera?

Se debe reconocer que Piñera enfrentó la frustración de sus socios de la Coalición de la mejor manera posible, sin traslucir su molestia y decepción. Intuye que esta decisión tendrá costos políticos para él como para la UDI, y está dispuesto a asumirlos.

Sin embargo, si desea reducir el ruido político debe trabajar más cerca de los partidos y más cerca de la UDI dada su disciplina y aspiraciones.