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sábado, 16 de octubre de 2010

¿EXISTE O NO EXISTE DIOS?



Con enorme frecuencia surgen las disputas entre creyentes y no creyentes respecto del papel de Dios en el mundo que nos toca vivir. Siempre escuché que se puede discutir sobre cualquier cosa excepto que sea de religión y política. Y la razón clara es que la religión toca los sentimientos más profundos de las personas que debemos respetar.

¿Que es la religión?

Recordando al maestro John Locke, diremos que la religión es un asunto privado e individual que afecta solo a la relación de un ser humano con Dios y no a las interrelaciones humanas. Por eso, en base a lo anterior, las sociedades modernas han separado la religión de la administración del Estado para “dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”. Es decir, el ser humano debe liberarse de la excesiva dependencia de la disciplina e imposiciones eclesiásticas y sustraer la legitimidad confesional a la autoridad política, puesto que considera que no hay base bíblica para un estado cristiano.

En el año 1690 se publica la Carta sobre la Tolerancia que presenta algunas bases ideológicas de su pensamiento. Para John Locke el hombre es un individuo libre que tiene derechos naturales (por ejemplo, la autoconservación y la espiritualidad) que deben ser inviolables tanto por terceros como por un Estado. Así la Carta sobre la Tolerancia, desarrolla el concepto de la libertad individual, criticando la intolerancia y la coacción que tanto las sectas religiosas como el Estado, pueden llevar a cabo en contra del individuo.

Este concepto de libertad individual y tolerancia religiosa es esencial en el pensamiento liberal y que se traduce en respetar la libertad religiosa de las personas sin restricción alguna. Veamos algunos aspectos:

CARTA SOBRE LA TOLERANCIA

“Ilustrísimo señor:

Ya que usted me pregunta qué pienso sobre la tolerancia mutua entre los cristianos, debo contestarle, con toda franqueza, que estimo que es la característica de la verdadera Iglesia…

Aunque hay unos que se vanaglorian de la antigüedad de sus lugares de culto y nombres o de la pompa de su culto, otros de la reforma de su doctrina, y todos de la ortodoxia de su fe -ya que cada uno se considera a sí mismo ortodoxo-, éstas y otras cosas de tal naturaleza son más señales de la lucha de los hombres contra sus semejantes por el poder y por la autoridad sobre ellos que de la Iglesia de Cristo.

Si alguien posee todas estas cosas, pero está desprovisto de caridad, humildad y buena voluntad en general hacia todos los hombres sin distinción, no sólo hacia los que se profesan cristianos, no es todavía un cristiano.

La finalidad de la verdadera religión que ha nacido no en función de una pompa exterior, ni para ejercer el dominio eclesiástico, ni tampoco para utilizar la fuerza, sino para regular la vida de los hombres con rectitud y piedad.

Quien se aliste en la Iglesia de Cristo tiene, primero y ante todo, que luchar contra sus propios vicios, contra su soberbia y contra su placer, pues de nada sirve usurpar el nombre de cristiano, si no practica la santidad de vida, la pureza de las costumbres, la humildad y bondad de espíritu…Si se da crédito al Evangelio y a los Apóstoles, ningún hombre puede ser cristiano, si carece de caridad y de esa fe que actúa no por la fuerza, sino por el amor….

Pues bien, yo apelo a la conciencia de aquéllos que, con el pretexto de la religión, persiguen, torturan, destruyen y matan a otros hombres, y les pregunto si lo hacen por amistad y bondad hacia ellos…”

Debemos recordar que John Locke fue en su tiempo un fugitivo marginal, un radical y un revolucionario, que vivió gran parte de su vida oculto en el exilio y dando sus obras a imprenta sin firmar debido a las pasiones religiosas que restringieron sus derechos.

¿Existe o no existe Dios?

Por lo anterior, los liberales respetamos el derecho a la espiritualidad en todas sus manifestaciones, y no nos preguntamos ni cuestionamos si Dios existe o no, puesto que las creencias personales son derechos inviolables de cualquier persona. Los liberales somos tolerantes en lo religioso, siempre.

“El liberalismo se interesa exclusivamente por la actuación terrenal del ser humano”, procurando el bienestar material y dejando sus necesidades metafísicas y espirituales a la decisión discrecional de cada persona. Así, en política, John Locke es considerado el padre del liberalismo moderno proponiendo que la soberanía emana del pueblo, que la propiedad privada es el derecho básico anterior a la constitución de los estados, y que el Estado tiene como misión principal proteger ese derecho, así como las libertades individuales de los ciudadanos.

Recordar a John Locke siempre es necesario en tiempos conflictivos y complejos.

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