Para evitar la paradoja, los sociaistas que se dediquen a intrvenir profesionalmente los mercados debieran llamarse "planificadores centralizados"...¿o usted opina lo contrario? |
En una reunión de
trabajo surgió una pregunta que fue debatida con entusiasmo por los
participantes: ¿puede ser una persona de mentalidad socialista un economista?. Recordemos
que un economista es un profesional que estudia profundamente el fenómeno de la
escasez y la manera en que las interrelaciones humanas, durante los procesos de
intercambios, intentan enfrentar necesidades crecientes ante la aguda escasez.
Además, aquellos que estudian los principios básicos de economía se enteran que
los problemas económicos pueden ser
enfrentados por el sistema de mercados libres que determina los precios por la
competencia o por un sistema centralizado que fija los precios
discrecionalmente…¿es válida, entonces, plantear esta duda?.
¿QUÉ
ES EL MERCADO?
El concepto de mercado
se ha desfigurado con el paso del tiempo y algunos lo han convertido en una
entelequia, un fin en si mismo. En realidad, los mercados solo representan los
lugares en los que las personas intentan satisfacer sus necesidades
intercambiando bienes y servicios. En otras palabras, los mercados son las
personas interactuando y traspasando sus excedentes para obtener lo que les
falta. Así, los mercados son un fenómeno humano.
Por lo anterior resulta
difícil de entender que alguien catalogue que los mercados “son crueles”…¿Cómo
pueden ser crueles los mercados si solo representan las distintas capacidades
que tienen las personas para intercambiar bienes y servicios?. En realidad,
podemos decir dos cosas. En primer lugar, son crueles los procesos por medio de
los cuáles las personas no obtienen las necesarias capacidades que puedan
intercambiar en los mercados (por ejemplo, buena educación, buenos hábitos) y,
en segundo lugar, es cruel que dispongamos de mercados cada vez menos libres y
con menos competencia, que impide que los más talentosos y esforzados obtengan
las recompensas que se merecen y que llegan a los bolsillos de los menos
apropiados pero con los apellidos y contactos apropiados.
En resumen, los
mercados no son crueles sino que son el resultado de cientos de interacciones
humanas que intentan satisfacer necesidades crecientes por medio de bienes y
servicios. En cambio, si podemos calificar como crueles a los procesos que
intervienen en la formación de los mercados.
¿QUE
ESTUDIAN LOS ECONOMISTAS?
Los economistas deben
dedicarse a estudiar los mecanismos de los mercados y la manera en que estos
generan riqueza por medio de los intercambios. En términos generales, la
riqueza se genera cuando los empresarios descubren necesidades insatisfechas de
las personas y crean el producto o servicio que llevan a los mercados para que
las personas puedan satisfacerlas; la riqueza no se genera en forma gratuita,
puesto que requiere creatividad, esfuerzo y mucho trabajo.
En sociedades libres y
abiertas, los mercados aportan toda la información necesaria, en la forma de
precios, para que las personas tomen las decisiones más apropiadas. Es tarea de
los economistas estudiar los mecanismos ad hoc que profundicen los fundamentos
de los mercados libres y competitivos porque esa es la llave maestra del
crecimiento y del desarrollo. Es cierto, que los mercados libres y abiertos
generarán desigualdad, en el sentido que no todos alcanzarán los niveles de
riqueza soñados, pero lo único que importa es que las posibilidades y las
oportunidades están ahí, a disposición de los que tengan el talento y el
sacrificio necesario para acceder a ellas y obtener su premio. A la larga, los
mercados libres siempre traen beneficios para todos, aunque la repartición es
desigual.
Por lo tanto, también
es tarea de los economistas investigar las causas que provocan que los mercados
se fosilicen y dejen de innovar. Los mercados no pueden perder su dinamismo
porque eso significará que dejan de existir. Hoy, existen muchos mercados que
ya están “muertos”, que ya no innovan ni crecen; son los mercados que han sido
capturados por una minoría que ha implementado un modelo de negocios que impide
la creatividad y la innovación en su interior. En estos mercados “muertos” la
dinámica viene desde afuera y se impone solo si tiene la suficiente fuerza. En
este caso, los premios que se obtienen en los mercados no se deben a la
competencia sino a los favores de una posición privilegiada mantenida por
legislaciones anticompetitivas.
En resumen, los
economistas estudian la manera en que los mercados libres crean riqueza y la
forma en que pueden profundizarse la competencia.
¿QUÉ
ESTUDIAN LOS SOCIALISTAS?
Los socialistas no
estudian los mercados para optimizar su funcionamiento porque no les interesa
profundizar los mecanismos para generar riqueza; no creen que los mercados
generan riqueza en base al emprendimiento; creen que la riqueza se genera
mediante el abuso de los patrones que se apoderan de la plusvalía de los
trabajadores y es la razón por la cual estudian las mejores maneras para intervenir
los “crueles” mercados con el fin de obtener otros resultados…Así, ellos consideran
que los resultados que generan los mercados no son adecuados en términos de
justicia, equidad e igualdad; plantean que los mercados “son crueles” y se
requiere la mano bienhechora e interventora de un ente externo, el Estado, que
debe regular y controlar a los agentes que intervienen con el fin de
redistribuir la riqueza entre todos en partes iguales. En otras palabras, los
agentes que intervienen en los mercados para generar riqueza son, a ojos de los
socialistas, personas inescrupulosas cuyo comportamiento debe ser controlado…En
la visión socialista, los empresarios son criminales que intentan apoderarse de
una riqueza que debe ser para todos en forma independiente del esfuerzo que ha
hecho para generarla.
Lo que los socialistas
no logran entender es que, paso a paso, y a medida que aumenta la intervención
política y legal, los mercados tienden a concentrarse y quedar en poder de
aquellos que entraron antes que las normativas y la regulación restrictiva se implementaran.
En otras palabras, los socialistas eliminan los mercados libres e imponen a las
sociedades modernas mercados concentrados y de escasa competencia. Al final,
los mercados intervenidos y concentrados transmiten información inadecuada para
la correcta toma de decisiones de los agentes. Es más, la concentración
económica toma la forma de la colusión dado que es más rentable para esas pocas
empresas no entrar en guerras de precios. En otras palabras, los socialistas
promueven el surgimiento de mercados poco competitivos y provocan que los
precios aporten cada vez menos información adecuada para la toma de decisiones de
los agentes económicos…
La receta socialista es
que dada la “libre” competencia que sus políticas provocan, los mercados deben
ser controlados por el Estado para impedir abusos y lucro excesivo. Con lo
anterior es posible entender el surgimiento de las farmacias populares que los
socialistas están promoviendo tan abiertamente. Quieren que el Estado venda
remedios, entregue educación y salud, nos transporte…y así, suma y sigue.
Algunos argumentan que la
ideologización socialista marca tan profundamente a una persona que, pese a
poseer un doctorado en importantes universidades que les permite acceder a las
teorías más relevantes y exitosas, mantienen sus ideologías…Es decir, estudian teorías
y modelos que nunca integran en su visión de mundo porque vienen formateados
desde el inicio. Contaba un economista que cuando le hizo esa pregunta a un
dirigente socialista con doctorado en una economía norteamericana le
contestaron que “esas son teorías que explican el mundo pero que son
insuficientes…La teoría es una cosa, la realidad es otra…El mundo desarrollado
ya no es capitalista”. Así, estos señores –muchas veces financiados con el
dinero de los contribuyentes- estudian en el exterior para tener un grado
académico que permita entender el mundo de mejor manera, pero solo se obtiene
que dichas personas justifiquen sus pésimos diseños de políticas socialistas con
los estudios que poseen. ¿Para que estudian fuera del país si van a prescribir
las mismas letanías que hubieran prescrito si se hubieran quedado acá?.
Por ejemplo, el caso del
socialista Alberto Arenas. Este
exministro de Hacienda diseñó las peores reformas económicas que recuerde el
país en los últimos 40 años y que afectarán su crecimiento y desarrollo en el
futuro. Toda la reforma tenía trasfondo ideológico, sin ninguna preocupación
por los fundamentos económicos que afectarían. Así, incluso antes que asumiera
la socialista Bachelet, la inversión privada se detuvo, y a lo anterior, se
sumó la caída del precio internacional de los commodities. Por lo tanto, Arenas
ayudó a crear una tormenta perfecta económica que lastrará al país por los
próximos años…Tal fue la debacle que provocó que su amiga Bachelet debió
echarlo del cargo. Sin embargo, para sorpresa de muchos, a poco andar, se
transformó en asesor macroeconómico de la Cepal…¡un tipo que no cree en los
mercados se integra a la organización que estudia y aconseja a los países
latinoamericanos!...¿que podemos esperar de los consejos de un socialista como
Arenas…profundizar los mercados libres…mejorar la innovación y creatividad?.
Probablemente su único consejo será aumentar los impuestos, controlar las empresas
y aumentar el tamaño del Estado. No podría ser de otra manera. Así se lastra el
crecimiento y la pobreza se entroniza…Una pena.
¿PUEDE
SER ECONOMISTA, UN SOCIALISTA?
Un socialista que se
precie de economista es, en realidad, una persona que estudia la manera de
intervenir los mercados con el fin de obtener la mayor riqueza posible sin
hacer el menor esfuerzo por ello. En el proceso, crea mercados concentrados y
sin libertades porque es la única manera de controlarlos…Mercados libres y
desregulados, difíciles de controlar y vigilar, son rechazados por la visión socialista
con los argumentos más falaces posibles; plantean que la libertad conduce a
abusos y desigualdades que son posibles porque forman parte de la naturaleza
humana, imperfecta y llena de vicios…La cuestión es: ¿Cómo controlamos las
imperfecciones de la naturaleza humana?.
Tenemos dos opciones.
La primera de ella es ampliar las libertades y fraccionar el poder de los
agentes de modo que uno de ellos no tenga la capacidad de embarrar al todo. La
segunda alternativa, es intervenir los mercados y nombrar a un ente externo para
que limite y controle. Parece una buena solución, pero se olvida que el ente
externo es manejado por personas de naturaleza imperfecta como todos, llenos de
ideología y creencias. En esta segunda alternativa, un economista estudioso de
los mercados no puede operar porque los fundamentos están viciados en su
esencia.
La visión
neosocialista, interventora de los mercados, no necesita economistas en el
sentido tradicional del término; necesita “planificadores centralizados”, más o
menos radicalizados, que sean capaces de negar los precios como asignadores de
recursos para determinar que, como y para quien producir. Y es lo que hacen. Postulan
que el Estado tome las decisiones económicas relevantes para la población de
modo de evitar la “crueldad de los mercados”. Es decir, postulan que un pequeño
grupo de personas (una nomenclatura) determine, discrecionalmente, los bienes y
servicios que deben ser producidos…Por ejemplo, es la razón para crear
farmacias populares: el Estado debe vender remedios a bajos precios.
Los economistas no
pueden ser de ideología socialista porque se transformarían en una paradoja…¿cómo
pueden optimizar el funcionamiento de los mercados los que no creen en
ellos?...
¿O usted opina lo
contrario?
Panorama
LIBERAL
Domingo
15 Noviembre 2015
Buen análisis
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