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domingo, 26 de abril de 2015

Sociedad CORRUPCIÓN, UN MAL DE LAS DEMOCRACIAS INTERVENIDAS.

En Chile, los poderes fácticos de todos los colores han instalado, con evidente orgullo y desde hace tiempo, la siguiente afirmación: “Tenemos la fortuna que Chile no es un país corrupto”…¡Y lo dicen los mismos poderes fácticos que se han enriquecido gracias a la corrupción ya evidente para todos!.

La verdad es muy diferente porque, a lo largo de nuestra historia, los políticos siempre han buscado el poder económico que les permita prolongar su estadía en los pasillos del poder, y los ricos siempre han buscado el poder político para seguir prosperando y enriqueciéndose en base a regalías y apertura de mercados solo para ellos, en desmedro de todos los demás.

Así se ha prostituido la democracia en beneficio de algunos pocos que aprovechan la oscuridad y la ignorancia de todos para actuar en su propio beneficio. Por todo lo anterior, podemos afirmar claramente que la corrupción es un mal de las democracias intervenidas por los políticos que se apropian de sus recursos y disponen de la fuerza para coaccionar a la población con el fin de satisfacer sus propios fines.

Como ejemplos, basta con remitirnos a las dos alcantarillas abiertas. Por una parte el caso Penta –alcantarilla abierta de la derecha política- ha llegado a las instancias judiciales con todas las implicancias posibles para la derecha. Es una muestra palpable de los mecanismos que tenían los políticos de este sector para financiar sus campañas electorales, sin pudor alguno. Sin embargo, que un privado done recursos para que un político haga campaña no es algo nuevo ni exclusivo de la derecha porque se ha hecho en Chile desde que tenemos memoria…Por eso, es imposible pensar que un político llegue a un cargo sin tener deudas de todo tipo que lo restringen e invalidan.

Aparte del contubernio entre los intereses económicos y políticos, el caso Penta muestra la brutal pobreza de las ideas de derecha transmitidas por unos candidatos que creen que los recursos económicos harán la diferencia en el electorado. La pobreza de la derecha no tiene relación con los recursos financieros sino con el hecho que no han sabido vender las ideas más exitosas de la historia humana. Por eso, por la sanidad de la derecha, todos los comprometidos en el caso Penta deben renunciar a sus cargos si es que desean honrar el sector que dicen defender…aunque lo más probable es que no den la cara y se oculten de la vergüenza pública que ya los alcanzó en sus alcantarillas.

En otras palabras, en este contexto, la derecha ya no es una opción política viable porque ha pervertido sus principios vitales y ha sucumbido al canto de sirenas socialistas defendiendo ideas que no son las correctas…¿Cómo la gente de derecha va a creer en políticos que les hablan de más intervención y paternalismo, más bonos e impuestos y crecientes regulaciones?...mientras abusan de las leyes que deben defender…

Por otra parte, el caso Caval-SQM y relacionados  –alcantarilla abierta de la izquierda- muestra a las claras que la izquierda no tiene autoridad moral para sermonear a la sociedad: ¡ellos son los corruptos que deben ser sermoneados!.

Si suponemos, con certeza, que la izquierda considera el trabajo asalariado como una especie de esclavitud, siempre ha resultado dudoso responder: ¿de qué vive un izquierdista promedio?. En general, un izquierdista promedio vive y ansía vivir a costa del Estado y del dinero de todos los contribuyentes, es un parásito que piensa que ha sido maltratado por la vida y que el Estado es responsable de ello. De aquí viene la visión que la sociedad cambiará con paternalismo y muchos bonos para lograr la igualdad total…

Por eso no extraña que los izquierdistas se emocionen cuando dicen que una persona ha sido “servidor público” toda la vida…En otras palabras, no ha hecho más que apropiarse de parte de la riqueza sin aportar nada a cambio…¿puede ser más paradójica esta visión?.

Al final, una democracia intervenida por la derecha y la izquierda crea alcantarillas de corrupción que son pruebas evidentes que la sociedad no va para ninguna parte, excepto enriquecer a la maleza que crece bajo el sol…Los ciudadanos comunes y corrientes somos la presa que estos depredadores capturan para solazarse con los recursos que les entregamos. Así, hoy, la ciudadanía esta hastiada pero debemos tener cuidado de no desbordar los cauces jurídicos de un Estado de Derecho porque de colapsar la actual democracia quedamos expuestos a los mesiánicos poseedores de la verdad revelada como Enríquez-Ominami, Parisi u otro más que surja del desorden y de la falta de valores.

Sin embargo, en los casos indicados se muestra con claridad las enormes oportunidades de que gozan aquellas cucarachas que profitan de su cercanía al poder, así se enriquecen mientras los demás ciudadanos debemos luchar día a día. Por eso, es muy dudoso decir que en Chile la corrupción no sea relevante y, más bien, los que la niegan son una muestra palpable de dos de las características más notables de nuestra sociedad, una vulgar hipocresía que niega lo evidente y una capacidad de mentir descaradamente.

¿Qué puede hacer un ciudadano responsable…seguir votando por ellos o patear el tablero?

Panorama LIBERAL
Domingo 26 Abril 2015

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