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sábado, 17 de enero de 2015

La Columna de Liberalio EL ERROR INVOLUNTARIO DE ENA O LOS OBJETIVOS DE UN POLÍTICO

Nadie cree lo del error involuntario de la señora Baer...es una muestra del comportamiento de los políticos en su lucha por acceder al poder...¿podría ser de otra manera 
En estos últimos días, la ciudadanía se ha visto sorprendida (¿será para tanto?) con el accionar de personas miembros de la clase política que, con el afán de conseguir un cargo, han pasado por encima de las leyes de una manera ridícula y torpe. Y sus excusas han causado el desagrado de una ciudadanía que ya no está para soportar estas actitudes. Recientemente, un político retirado manifestaba que “debemos estar contentos que estos hechos no han significado enriquecimiento personal…ha sido para las campañas”. Probablemente, esta observación es un reflejo de aquel mito que planteaba que nuestra clase política era honesta porque resulta difícil de creer que dichos engaños no hayan significado un notorio enriquecimiento personal…

Por eso, para ser político se debe tener el “cuero de chancho” (grueso y difícil de perforar) para soportar todos los embates que esta actividad genera; hay que atacar y recibir los ataques con más ataques. Por lo tanto, y dado la desvalorización pública de la clase política como institución, ¿cuál es el afán de estos personajes por llegar a ocupar algún cargo público a cualquier precio?

ALGUNOS OBJETIVOS PARA SER POLÍTICO

PRIMERA RAZÓN: Asegurar su vida económicamente.

Muchos de los integrantes de la clase política luchan con denuedo para alcanzar el poder como una forma de enriquecerse y adquirir seguridad económica que jamás harían por otros medios porque no tienen ni las capacidades ni los talentos necesarios. Tenemos los ejemplos de los ex presidentes que perciben rentas vitalicias –una renta perseguidora política- sin ninguna contraprestación. Por eso, siempre están en la búsqueda de status quo; no desean cambios permanentes y drásticos que pudieran trastornar su futuro político. Se declaran independientes ideológicamente y abiertamente pragmáticos; votan por aquello que no pueda afectarles y siempre son políticamente correctos.

SEGUNDA RAZÓN: Alimentar su egolatría.

La egolatría es el “culto y veneración que una persona se profesa a sí misma” y por eso a un buen político le fascina (¡aunque siga lo contrario!) que los traten como “honorables”; que accedan a eventos y los ubiquen en lugares de privilegio; que les pongan una alfombra roja y que suenen las trompetas por ellos; quedar en la historia y pasearse como pavos reales…Y su ego les grita: ¡somos únicos…somos diferentes…somos iluminados…somos poseedores de la verdad revelada!. El ego de un político es lo único que les sobra y que no quieren compartir con nadie más.

TERCERA RAZÓN: Defender Intereses particulares.

Una persona accede al poder político para defender sus propios intereses o los intereses particulares de su grupo más cercano; es su leit motiv y por el cual está dispuesto a todo…incluso a ser insultado y vejado por otros porque los beneficios que recibe superan con creces los costos de la actividad. Además, gracias a la política logran una posición en la vida que no lograrían de otro modo. Es una especie de prostitución y banalización que se hace evidente a cada momento.

CUARTA RAZÓN: Imponer su dogma.

Los políticos son, necesariamente, personas dogmáticas y tienen creencias que desean imponer a los demás, en especial, si han sido elegidos por una clara mayoría. A estos tipos no les interesa consensuar ni lograr acuerdos si saben que se pueden imponer; buscan consensos solo cuando son una minoría. Y si la defensa de este dogma requiere imponerse, incluso, al interior de sus propios partidos no titubean en hacerlo, porque el dogma comienza por la creencia que su superioridad sobre el resto.

QUINTA RAZÓN: Servidor público.

Públicamente, a los políticos les encanta contar el cuento del “servicio público” que muestra una dedicación extrema a sus electores en cuerpo y alma; nos dicen que todas sus acciones tienen por objetivo la defensa de los intereses del electorado, pero no nos dicen que siempre y cuando eso no vaya en contra de sus propios intereses…¿Servidores públicos?. Por supuesto, con el dinero ajeno y siempre que no los perjudique.

***

Los políticos son la nueva aristocracia que se ha impuesto en los gobiernos mundiales y que unida al poder de dinero, los transforman en una dupla difícil de enfrentar para un ciudadano promedio. La única manera de hacerlo es votar informado e impedir que esta casta se siga reproduciendo en los pasillos del poder como si fueran una bendición cuando en realidad son una plaga. Esta gente usa el poder para sus propios fines, extrayendo dinero de los contribuyentes para dirigirlo a fines particulares de difícil fiscalización. Así se enriquecen y así prosperan mientras los ciudadanos los observamos impávidos…

¿Podremos hacer algo a cambio?

Panorama LIBERAL
Sábado 17 Enero 2015

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