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viernes, 28 de febrero de 2014

La Columna de Liberalio. LAS IDEAS ERRADAS DE LA OCDE Y EL VALOR DEL LEGADO DE LUDWIG ERHARD.

Las instituciones internacionales son de mentalidad socialista y es la razón para recetar en forma recurrente la intervención de las economías con políticas públicas que solo generan pobreza en el mediano y lago plazo...¿podrá el señor Pezzini leer a Ludwig Erhard?  
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una institución de cooperación internacional compuesta por más de 30 estados y tienen por objetivos intercambiar información entre los estados miembros, armonizar políticas con el objetivo de maximizar su crecimiento económico y colaborar a su desarrollo y al de los países no miembros. Fue fundada en 1960 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette, en la ciudad de París (Francia) y es conocida como el “club de los países ricos”, dado que agrupa a países que representan el 70 % del mercado y 80 % del PIB.

La OCDE tiene un eslogan, “mejores políticas para una vida mejor”, que muestra a las claras la filosofía con la cual está impregnada esta institución: desea cambiar la vida de las sociedades por medio de políticas públicas que intervengan, en forma creciente, las economías y sociedades…¿Qué pasaría si lo cambiaran a “Menos Políticas Públicas para una mejor vida”?. La paradoja es que esta institución aprecia la intervención creciente de corto plazo de los gobiernos en las economías que termina afectando el crecimiento económico de largo plazo.

Por eso, no sorprende el foco interventor de la institucionalidad internacional, incluso la que se place de ser más economicista, dada la mentalidad socialista propia de su naturaleza (¿puede no ser socialista una institución que promueve la intervención en las sociedades?). Por ejemplo, en una reciente entrevista el señor Mario Pezzini, director del Centro de Desarrollo de la OCDE (ver al final un breve curriculum vitae), ha realizado una serie de afirmaciones que nos lleva a preguntarnos: ¿tiene la OCDE claras sus ideas económicas?...

PEZZINI: “LA ECONOMÍA SUMERGIDA LASTRA A LOS EMERGENTES”

En dicha entrevista, el señor Pezzini comentaba que, en relación a los países emergentes, “al mismo tiempo que se ha reducido la pobreza extrema, la gente ha entrado en otra condición que se llama clase media. Yo soy muy crítico, porque cuando pensamos en clase media, pensamos en una familia con dos hijos, dos frigoríficos, dos coches, dos perros…No es esta la clase media de los emergentes. En el 70% de los casos se trata de gente que trabaja en la economía sumergida, de manera que cuando se jubila, pierde renta y regresa a la pobreza extrema. Cuando hay una enfermedad o un divorcio, regresa a la pobreza extrema. Si la empresa donde trabaja se deslocaliza, regresa a la pobreza extrema. Esta clase media es vulnerable. La economía sumergida lastra a los emergentes…”.

Respecto de la necesidad de implementar políticas públicas para evitar ese retorno a la pobreza plantea que “esas políticas no funcionan. Un caso paradigmático es el de Túnez. La economía creció a tasas del 5% durante diez años consecutivos, ha logrado mantener el déficit público por debajo del 3% del PIB y la deuda por debajo del 60% del PIB (las obligaciones fiscales de Maastricht para los países de la UE) y tiene una tasa de universitarios cada vez más elevada. Todo el mundo pide que siga gastando en educación y en recursos humanos, pero muchos de esos expertos no se dan cuenta de que no es solo un problema de demanda, también es de oferta. Si cuando un estudiante sale de su formación, no encuentra ofertas de trabajo o las que encuentra no son de calidad, va a la economía sumergida. Es una frustración para toda la familia. Coexisten las expectativas y la frustración y genera un choque que es el detonante de las revueltas de la primavera árabe, de Turquía o Brasil. En definitiva, la sociedad explota…”.

La receta del señor Pezzini es que “hay dos prioridades: crear una red de seguridad, con recursos públicos y ofrecer una identidad económica que sea diferente a la de replicar el modelo existente en los países desarrollados. Y aquí viene el segundo reto, el de elevar la productividad en ciertos sectores. En los emergentes hay trabajadores competitivos en los sectores mineros y en los servicios no comerciales con buenas remuneraciones. Sin embargo, los del sector manufacturero, que compiten en los mercados internacionales, ven como sus remuneraciones se ajustan ante las de otros países…”

¿TIENE CLARAS SUS IDEAS ECONÓMICAS LA OCDE?

Al parecer, no están muy claras las ideas de los funcionarios de la OCDE respecto al tratamiento de pobreza en los países emergentes.

PRIMERO: LA ECONOMÍA SUMERGIDA O INFORMAL NO ES UN PESO MUERTO DE LAS ECONOMÍAS. ES UNA CONSECUENCIA DE LA FALTA DE MERCADOS LIBRES.

Es verdad: la economía sumergida o informal no es un peso muerto de las economías, sino que es la consecuencia de los modelos económicos implementados desde torres de marfil de mentalidad socialista. En otras palabras, afortunadamente existe la economía informal para que las personas mantengan, por lo menos, un mínimo nivel de ingreso porque sino las personas caerían en la indigencia extrema. Por lo tanto, la economía informal no es un peso muerto que dañe a las economías emergentes sino que al revés: ¡es la única opción viable para desarrollar alguna actividad remunerada cuando todas las opciones formales ya no son posibles!.

Vamos por partes. La mayoría de las economías del mundo son neosocialistas: economías de mercado intervenidas profundamente por los Estados por medio de regulaciones abusivas y extremas que tienen por fin proteger a las personas en su rol de consumidores, pero terminan castigando a las mismas personas en su rol de productores. Es decir, en el mundo no hay economías que disfruten de mercados libres o capitalistas, sino que economías sobre-reguladas que generan concentración económica por medio de monopolios legales y oligopolios, que afectan la demanda en el mercado del trabajo siendo la causa real de la desigualdad del ingreso.

Insistamos en este punto. La excesiva intervención de los Estados en las economías modernas es la que ha castrado la generación de riqueza en nuestras sociedades con el consiguiente efecto en mercados laborales de baja profundidad y bajo costo. Se han creado, directa o indirectamente, monopolios u oligopolios para defender a los consumidores pero al mismo tiempo se han creado monopsonios en los mercados laborales que demandan trabajos de baja productividad, pagan salarios de miseria y afectan a la distribución del ingreso.

En otras palabras, las economías intervenidas por las extensas regulaciones reducen la competencia y generan oferta concentrada, lo que trae como consecuencia mercados laborales jibarizados, con demanda de empleos de baja calidad y costos. Por ejemplo, analicemos el caso del conglomerado Cencosud con sus marcas Jumbo, París, Easy, Costanera Center, Santa Isabel, Johnson's, Wong, Metro, Super Vea, Disco, GBarbosa, Perini, Bretas, Prezunic, Blaisten y Shopping Centers. Tiene un directorio integrado por nueve personas; quince gerentes corporativos, cuarenta y cinco subgerentes y cien funcionarios centrales. Posee 300 locales de venta con una estructura de un jefe de local; 5 supervisores y el resto, operarios y vendedores. Por lo tanto, de los 130.000 trabajadores que tiene Cencosud solo 2.000 son de grado supervisor o superior y los 128.000 restantes son operarios o vendedores. En otras palabras, la estructura productiva de Cencosud requiere pocos trabajadores educados, de alta especialización y alto nivel de estudios, en cambio, necesita mucha mano de obra de bajo costo para empleos de baja calidad (reponedor, vendedor, cajero) sin ninguna posibilidad de desarrollar una carrera que aumente las responsabilidades y el salario. Así, cuando uno de estos operarios pierde su empleo debe buscar un empleo similar (no está capacitado para otro empleo) o termina en la economía informal o vende empanadas como la señora Juanita financiada por un programa público que financia su emprendimiento.

Así, la economía sumergida es el resultado de la intervención de los mercados por medio de políticas públicas equivocadas y necias, y que terminan concentrando la oferta de bienes y servicios, de los sectores más rentables, en pocas empresas.

SEGUNDO: LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EDUCATIVAS SON NECESARIAS PERO INSUFICIENTES.

Las políticas públicas que enfatizan solo la mejora de la educación no son una garantía para sacar de la pobreza a las personas (pese a todo lo que digan los estudiantes y aprendices que marchan por las calles para exigir “educación pública, gratuita y de calidad”). Continuemos con el ejemplo anterior. Una persona con alta educación debe luchar arduamente si desea alcanzar un cargo corporativo en Cencosud; la competencia es feroz y es necesario poner en marcha otras habilidades como las redes de contactos y las influencias. ¿De qué le sirve a una persona estudiar durante más de 20 años si al momento de buscar empleo solo están disponibles los de menor calidad y salario?...

Por lo tanto, debido a la concentración económica, provocada por la creciente intervención de los mercados por parte de gobiernos e instituciones de mentalidad socialista, los mercados laborales ofertan empleos de baja productividad y bajos salarios. Entonces, un país con mercados regulados no ofrece a los nuevos talentos las necesarias oportunidades para crear riqueza…

TERCERO: LA ÚNICA POLÍTICA PÚBLICA VIABLE ES LA IMPLEMENTACIÓN DE UNA PROFUNDA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO.

La creencia de que el Estado, gobernado por una mayoría de políticos incapaces e incompetentes, es la clave para aumentar la riqueza de los países ya forma parte de una creencia de muchos gobiernos e instituciones internacionales que orgullosamente muestran al mundo su mentalidad socialista. La OCDE nos habla de las maravillas que “podrían” hacer los gobiernos para mejorar la distribución del ingreso y propiciar el desarrollo económico, pero olvidan que los políticos que tienen el poder actúan en base al objetivo de mantenerse en el poder a toda costa…¿crecimiento económico?...En la medida de lo posible, porque primero está la reelección…Por lo tanto, en vez de intervenir leve y sutilmente las economías, lo hacen de manera grosera y burda para congraciarse con la masa. Por ejemplo, el gobierno izquierdista que asume en marzo, en Chile, desea que el “bono marzo” sea permanente y que no dependa de las circunstancias ni gobiernos, con el fin de que “todos los años los chilenos disfruten de este apoyo estatal”. Así actúan los políticos en forma permanente…

Hay un proverbio chino que dice "regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida", y nuestros políticos socialistas lo han transformado en “regala un pescado a un hombre y lo estarás educando para que pida pescados por el resto de su vida”. A los políticos e instituciones socialistas no les interesa enseñar a pescar a sus ciudadanos sino que entregarles pescados, porque saben que si aprenden a pescar, los ciudadanos se harán independientes y exigirán más libertades, mientras que al regalarles los pescados, los mantienen sometidos y a su disposición.

Por eso, en vez de priorizar legislaciones que promuevan una sociedad más abierta, libre y extensa, generadora de oportunidades de modo que las personas creen riqueza con su esfuerzo, creatividad y talento, las instituciones de mentalidad socialista promueven la solidaridad con el dinero extraído de los contribuyentes para crear amplias estructuras de protección social. Por supuesto que estamos a favor de la solidaridad con los que menos tienen, pero no puede ser a costa de castrar la iniciativa individual o desanimar a los que trabajan. Al final, ¿quién va a esforzarse para mejorar su situación y nivel de ingreso si sabe que el gobierno se hace responsable y le regala bienes y dinero?.

¿Qué opciones tenemos para esta situación?. Antes de contestar dicha pregunta conviene preguntarse: ¿cuál es el país de Europa más desarrollado y poderoso?.

EL VALOR Y LEGADO DE LUDWIG ERHARD PARA UNA LATINOAMÉRICA CON PROBLEMAS.

Después de la segunda guerra mundial, Alemania estaba en ruinas, con una población muerta de hambre, sin viviendas y ocupada por cientos de refugiados que escapaban de la horda soviética; los Aliados por reparación de daños desmontaron instalaciones e infraestructuras valiosas; la industria estaba en el suelo y lo poco que producía no se comercializaba en los mercados; la inflación ya estaba siendo sus efectos; el marco alemán no era aceptado en las transacciones económicas; no había reservas en oro y divisas lo que limitaba las importaciones de los bienes necesarios; proliferaba el trueque, la especulación, los mercados negros y la corrupción; la incertidumbre respecto del futuro político y económico paralizaba la iniciativa privada…Sin embargo, pese a este sombrío panorama, en muy pocos años Alemania volvió a liderar económicamente a toda Europa…¿Cómo lo había hecho?, ¿cuál fue el milagro?.

En el año 1957, se publica en Alemania el libro “Bienestar para Todos” del culpable del citado milagro, Ludwig Erhard, que, en realidad, no es un milagro puesto que se basa en dos pilares: el régimen competitivo y la estabilidad monetaria. En aquel momento, Erhard planteaba que "era la época en que la mayoría de la gente se negaba a creer que aquel experimento de la Reforma Económica y Monetaria pudiese salir bien. Era la época en que se calculaba en Alemania que cada alemán podía comprar un plato cada cinco años, un par de zapatos cada doce, y sólo cada cincuenta años un traje; que de cada cinco niños de pecho solo uno tenía pañales propios y de cada tres alemanes uno sólo tendría probabiIidades de ser enterrado en su propio ataúd. Y en verdad que ésta parecía la única probabilidad que nos quedaba. Testimonio del enorme ilusionismo y de la ceguera del criterio económico planificador era el creer, apoyándose en balances de primeras materias u otras bases estadísticas, que podía determinarse de antemano, para largo tiempo, el destino de un pueblo. Aquellos mecanicistas y dirigistas no tenían la más remota idea de la fuerza dinámica que se enciende en un pueblo tan pronto como éste puede recobrar la conciencia del valor y dignidad de la libertad".

Así, en el capítulo primero de dicho libro, Erhard planteaba “el hilo conductor” del milagro alemán. En primer lugar, consideraba que dada la profunda crisis económica era “desacertado permitir que cobrasen nueva vida las tradicionales ideas de la antigua distribución de la renta…” vía impuestos. La intención era “realizar una constitución económica que fuese capaz de llevar a la prosperidad a capas de nuestro pueblo cada vez más numerosas y amplias…mediante un poder general de adquisición vastamente repartido, entre todas las capas”.

En segundo lugar, planteaba claramente la situación imperante entre ricos y pobres. Decía que “aquella jerarquía tradicional se caracterizaba, de un lado, por la presencia de un estrato superior muy tenue que podía permitirse cualquier consumo y, de otro lado, por la existencia de un estrato inferior, cuantitativamente muy amplio, con capacidad adquisitiva a todas luces insuficiente…La reforma de nuestro orden económico tenía, pues, que establecer los supuestos previos para superar este estado de cosas…con lo que al mismo tiempo podría superarse también, definitivamente, el resentimiento entre pobres y ricos…”.

Y, en tercer lugar, planteaba que “el medio más prometedor para conseguir y garantizar toda prosperidad es la competencia. Solo ella puede hacer que el progreso económico beneficie a todos los hombres, en especial en su función de consumidores, y que desaparezcan todas las ventajas que no resulten directamente de una productividad elevada…Por medio de la competencia se opera una socialización del progreso y de los beneficios, y se mantiene despierto, además, el afán de rendimiento personal…”.

Y, más adelante, aclara que “el peligro de menoscabar la competencia amenaza, por decirlo así, constantemente y desde múltiples lados. Por eso, una de las más importantes tareas de un Estado que se asiente sobre un orden social de tipo liberal es el garantizar el mantenimiento de la libre competencia. Sin exageración ninguna afirmo que una ley de carteles basada en su prohibición debe estimarse como la indispensable ley fundamental de la economía. Si el Estado falla en este terreno, pronto podrá darse por perdido el sistema de economía social de mercado…”.

¿Qué caracteriza a la Latinoamérica de hoy?. Exageremos. Latinoamérica ha sido bombardeada y destruida por los mismos ciudadanos que acceden al poder para reformarla. Es cierto. Muchas de las condiciones iniciales de Alemania no se cumplen en el caso latinoamericano pero los resultados son los mismos: alta pobreza, inflación creciente, mercados negros, corrupción, desconfianza en las instituciones…Y la receta es la misma, ya sea de los gobiernos como de parte de instituciones iluminadas como la OCDE (que se supone debieran ser un faro): intervenir las economías con políticas públicas de mentalidad socialista.

La pesadilla es que una mayoría de latinoamericanos sigue viviendo en la pobreza, mientras la prosperidad es solo para unos pocos que circulan en vehículos último modelo y viven en mansiones de lujo. Y los políticos de mentalidad socialista alimentan el resentimiento de esa mayoría sumida en la pobreza mostrando con el dedo a esos pocos que han alcanzado la prosperidad…¿La cuestión es: porque se ha producido esta situación si durante años hemos tenido gobiernos socialistas?, ¿los gobiernos socialistas han creado y profitado de esta situación…por maldad…por ignorancia…por desinterés?.

La buenas intenciones de los gobiernos y las instituciones de mentalidad socialista choca brutalmente con su manifiesta ignorancia en términos económicos; siguen atados a dogmas caducos que procrean pobreza a tasas crecientes…El problema es que los latinoamericanos no son capaces de reconocer los supuestos erróneos en que se basa la mentalidad socialista, apoyándolos electoralmente porque esperan que la prosperidad se derive de la disputa sobre una distribución distinta del producto. En otras palabras, los socialistas siempre han llegado al poder con el argumento de que la prosperidad puede ser redistribuida vía impuestos…

Muchos dicen que Chile es una excepción dentro del panorama latinoamericano, pero un éxito relativo trae la semilla de su posterior fracaso. En el programa de la socialista Bachelet se puede leer que “la necesidad de resolver las brechas de desigualdad que hoy tenemos nos exige realizar cambios profundos y estructurales. La más importante de estas transformaciones nos permitirá avanzar hacia una educación más equitativa y de calidad en todos sus niveles. Esto no sólo producirá una mayor inclusión social, beneficiando a los miles de niños y niñas, jóvenes y sus familias que quieren mejorar su bienestar, también permitirá que numerosos profesionales y técnicos con grados crecientes de calificación den el impulso que necesita nuestra economía. No podemos darnos el lujo de prescindir del talento, creatividad y empuje de todos nuestros ciudadanos y ciudadanas…

…La envergadura de esta tarea, así como la implementación de otros programas que apuntan a una mayor igualdad, nos exigen reformar nuestro sistema tributario. Tenemos que contar con los recursos necesarios para hacer realidad estas transformaciones. Nadie puede restarse de este esfuerzo, en especial quienes están en condiciones de hacer una mayor contribución…”.

Esta propuesta se fundamenta en que la prosperidad vendrá de la mano de un programa de gobierno que promoverá ciertos cambios estructurales financiados por una reforma tributaria. Nada nuevo bajo el sol. Los mismos argumentos y en ninguna parte del programa de la socialista Bachelet se puede leer respecto de la importancia de los mercados libres y la competencia como elemento clave para la prosperidad. La ignorancia económica solo produce tristeza y desencanto…¿Cómo es posible que los políticos de mentalidad socialista equivoquen de manera tan flagrante sumiendo en la pobreza a miles y miles de ciudadanos que votan esperanzados en sus propuestas?. Podemos dar por sentado que el programa de la socialista Bachelet es solo papel muerto…terminará su gobierno, cambiarán algunas cosas de forma, y las demandas continuarán siendo las mismas o, quizás, de tono más elevado…En el Chile de hoy gobierna la ignorancia que marcha por las calles, vestida de estudiante, o accede al congreso para dirigir comisiones de “expertos” que creen que saben todo…

Y el supuesto faro iluminador de la OCDE es solo un faro socialista que promueve la intervención pública que solo aquieta las aguas en la costa, mientras en altamar se forman las tormentas.

NOTA: De acuerdo a la información publicada en internet, el señor Mario Pezzini fue nombrado Director del Centro de Desarrollo de la OCDE, el 5 de julio de 2010. Es de nacionalidad italiana e ingresó a la OCDE en 1995 como Administrador Principal de los estudios de las zonas urbanas marginadas. De 1996 a 1999 fue Jefe del Programa de Desarrollo Rural de la OCDE. De 1999 a 2006, fue Jefe de la División de Competitividad Regional y Gobernanza en la Dirección de Gobernanza Pública y Desarrollo Territorial, promoviendo el desarrollo regional, la eficacia de la política regional y la gobernanza multinivel. Desde febrero de 2007 a junio de 2010, fue Director Adjunto de Gobernanza Pública y Desarrollo Territorial. Lleva actualmente 19 años en la organización. Antes de unirse a la OCDE, en 1995, el señor Pezzini era profesor de economía en la Ecole Nationale Supérieure des Mines de París, así como en universidades de Estados Unidos e Italia. En varias ocasiones, el Sr. Pezzini ha sido asesor económico de organizaciones internacionales y grupos de reflexión (como la OIT, la ONUDI, la Comisión Europea y Nomisma en Italia) en el campo del desarrollo económico, organización industrial y economía regional, con un enfoque particular en las políticas de agrupaciones y redes de PyMes, así como en la política.

PANORAMA Liberal

Viernes 28 Febrero 2014

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