¡Cuidado...! Ya hay muchos países que están ingresando a este nefasto círculo... |
RESUMEN:
Los argentinos están indignados con un artículo de la revista inglesa The
Economics que presenta la importancia de tener buenos gobiernos, serios y
responsables. Y todo porque los kirchneristas han realizado su obra
cuasi-destruyendo Argentina al pretender que el Estado gaste más de lo que su
población puede pagar. Y han propiciado un ciclo destructor. En primer lugar, aumento
sostenido del gasto público para entregar regalías “al pueblo” en la búsqueda
de la “igualdad para todos”; aumento de los impuestos para financiar las
regalías; persecución fiscal a los morosos más ricos; estatizaciones y
expropiaciones de empresas rentables; aumento de la cantidad de dinero (se
interviene el banco central); surge la inflación; más regulaciones y más trabas;
más inflación; restricciones monetarias y cepos cambiarios; estado policial y
persecución de personas; fijación de precios máximos o precios cuidados; surge
la escasez; la gente comienza a protestar; el Estado reprime a los “reaccionarios”,
“sediciosos”, “golpistas” (¿le suena a Venezuela?); miseria generalizada…¿Seguimos
tocando el bombo…?.
***
Están
indignados en Argentina con un artículo de The Economist respecto de su futuro.
Ciertamente, este país ha sido una permanente paradoja en el mundo económico
por su comportamiento errático e inexplicable para aquellos que estudian estos
temas. Además, los mismos argentinos, periodistas y personas que opinan en
muchos medios, parecen verdaderos barras bravas defendiendo “a la patria” de un
adversario que –así creen ellos- los desea aniquilar.
Es
claro que en Argentina no hay muchas simpatías por Inglaterra, y eso es
suficiente para que muchos argentinos, de todos los niveles sociales, se pongan
en posición defensiva con el fin de defender la “patria ultrajada” desconociendo
que los verdaderos ultrajadores son argentinos y argentinas que no tienen
empacho en hablarles por cadena nacional…Pero, la muchachada ama el bombo y los
piquetes…son su vida en la calle…es el pueblo que se expresa, aunque el bullicio impida pensar con claridad…¿De
dónde viene este carácter?.
El
peronismo, nacionalista y socialista, ha echado profundas raíces en la sociedad
argentina que serán difíciles de extirpar puesto que la sociedad lo ha validado
como la única opción política viable; no hay otra, al parecer. Y esa es su
principal debilidad, que los condena a avanzar (¿avanzan?) demasiado lento para
sus enormes potencialidades…Cuando los peronistas están en el poder, los caras
sucias y los pobres aumentan, y cuando, están fuera del poder, reclaman por los
caras sucias y los pobres…
¿Qué
dice el artículo de The Economist…?. Nada raro y nada extraño, excepto para los
argentinos barras bravas y “defensores de la patria”. Los consideran un país de
novela, pero con primeros actores y actrices ignorantes, ineptos e incapaces de
aprovechar sus recursos…
Leamos
el artículo.
LA
PARÁBOLA DE ARGENTINA
“Hay lecciones para muchos
gobiernos desde un país en declive por 100 años.
Hace un siglo, cuando
Harrods decidió crear su primer emporio en el extranjero, eligió Buenos Aires.
En 1914, Argentina se destacaba como el país del futuro. Su economía había
crecido más rápido que la estadounidense en las cuatro décadas anteriores. Su
PIB per cápita era mayor que el de Alemania, Francia o Italia. Se jactaba de
una tierra agrícola maravillosamente fértil, un clima soleado, una nueva
democracia (el sufragio universal masculino fue introducido en 1912), una
población educada y el baile más erótico del mundo. Inmigrantes llegaban de
todas partes. Para el joven y ambicioso, la elección entre Argentina y
California era muy difícil.
Todavía hay muchas cosas que
amo de Argentina, desde el salvajismo glorioso de la Patagonia al mejor
futbolista del mundo, Lionel Messi. Los argentinos siguen siendo quizás las
personas más guapas del planeta. Pero el país es un desastre. Harrods cerró en
1998. Argentina está, una vez más, en el centro de una emergente crisis de
mercados. Esto puede ser atribuido a la incompetencia de la presidenta,
Cristina Fernández, pero ella no es más que la última de una sucesión de
populistas económicamente analfabetos, que se remontan a Juan y Eva (Evita)
Perón, y antes. Olvídate de competir con los alemanes. Los chilenos y
uruguayos, menospreciados por los argentinos, ahora son más ricos. Los niños de
ambos países -y Brasil y México, también- les va mejor en las pruebas
internacionales de educación .
¿Por qué detenerse en una
sola tragedia nacional? Cuando la gente considera lo peor que le puede pasar a
su país, piensan en el totalitarismo. Teniendo en cuenta el fracaso del
comunismo, tal fatalidad ya no parece probable. Si Indonesia está a punto de
hervir, sus ciudadanos difícilmente miren a Corea del Norte como un modelo; los
gobiernos de Madrid y Atenas no están citando a Lenin como la respuesta a sus
tribulaciones financieras. El verdadero peligro está viniendo, inadvertidamente,
de la Argentina del siglo 21. Deslizarse lentamente en una disminución
constante no debiera ser difícil. El extremismo no es un ingrediente necesario,
por lo menos no mucho: debilidad de las instituciones, una clase política
propia, perezosa dependencia de unos pocos activos y un persistente rechazo a
enfrentar la realidad terminan de hacer el truco.
A
lo largo de mis días salvajes, mi existencia loca
Al igual que en cualquier otro
país, la historia de Argentina es única. Ha tenido mala suerte. Su economía orientada
a las exportaciones fue golpeada por el proteccionismo de los años de
entreguerras. Confió demasiado en Gran Bretaña como socio comercial. Los Perón
eran, inusualmente, seductores populistas. Al igual que la mayor parte de
América Latina, Argentina adoptó el Consenso de Washington a favor de la
apertura de los mercados y la privatización en la década de 1990 y se fijó el
peso al dólar. Pero la crisis, cuando llegó en 2001, fue particularmente
salvaje -y dejó a los argentinos sospechando permanentemente de las reformas
liberales.
La mala suerte no es el
único culpable. En su economía, su política y su renuencia a reformar, la
decadencia de Argentina ha sido, en gran parte, auto-infligidas.
Los commodities, la gran fortaleza
de Argentina en 1914, se convirtió en una maldición. Hace un siglo, el país era
uno de los primeros en adoptar la nueva tecnología -refrigeración de las
exportaciones de carne fue la aplicación asesina de su día- pero nunca trató de
agregar valor a su comida (incluso, hoy en día, su cocina se basa en tomar la mejor
carne del mundo y asarla). Los Perón construyeron una economía cerrada que
protegía sus ineficientes industrias; los generales de Chile se abrieron en la
década de 1970 y se pusieron a la cabeza. El proteccionismo de Argentina ha
socavado el Mercosur, el pacto comercial local. El gobierno de Fernández no
sólo impone aranceles a las importaciones, sino que grava las exportaciones
agrícolas.
Argentina no construyó las
instituciones necesarias para proteger su joven democracia de su ejército, por
lo que el país se hizo propenso a los golpes de Estado. A diferencia de
Australia, otro país rico en materias primas, Argentina no desarrolló fuertes
partidos políticos decididos a construir y compartir la riqueza: su política
fue capturada por los Perón y se centró en las personalidades y la influencia.
Su Corte Suprema ha sido manipulada repetidamente. La interferencia política ha
destruido la credibilidad de su oficina de estadística. El soborno es endémico:
el país ocupa el lugar 106o en el índice de corrupción de Transparencia
Internacional. La creación de instituciones es una tarea lenta y aburrida. Los
dirigentes argentinos prefieren las soluciones rápidas –líderes carismáticos, tarifas
milagrosas y tipos de cambio fijos, en lugar de, digamos, una profunda reforma
de las escuelas del país.
No
son las soluciones que prometían ser
La decadencia de la
Argentina ha sido seductoramente gradual. A pesar de períodos terribles, como
la década de 1970, no ha sufrido nada tan monumental como Mao o Stalin. A lo
largo de su declive, los cafés de Buenos Aires han seguido sirviendo expressos
y medialunas. Eso hace que su enfermedad especialmente peligrosa .
El mundo rico no es inmune.
California está en una de sus fases estables, pero no está claro que haya
dejado su adicción a las soluciones rápidas a través de referendum, y su
gobierno aún hace caminar con dificultad a su sector privado. El extremo sur de
Europa, tanto el gobierno como las empresas han evitado la realidad con desdén
argentino. La petulante demanda de Italia de que las agencias de calificación
debieran tener en cuenta su "riqueza cultural" , en lugar de mirar más
estrechamente sus dudosas finanzas públicas dudosas, sonaba como la Sra.
Fernández. La Unión Europea protege a España o Grecia de una espiral que lleve
a la autarquía. Pero ¿y si la zona euro se rompe?.
El peligro más grande, sin
embargo, radica en el mundo emergente, donde el progreso ininterrumpido de la
prosperidad está comenzando a ser visto como imparable. Demasiados países han surgido
a través de las exportaciones de commodities, pero han descuidado a sus
instituciones. Con China, menos hambrienta por materias primas, sus debilidades
podrían quedar expuestas al igual que en el caso de Argentina. El populismo
acecha a muchos países emergentes: las constituciones están siendo estiradas.
Excesivamente dependiente del petróleo y gas, gobernado por cleptócratas y
equipado con una peligrosamente alta autoestima, Rusia puede llenar muchas
cajas con garrapatas. Pero, incluso Brasil ha coqueteado con el nacionalismo
económico, mientras que, en Turquía, el autocrático Recep Tayyip Erdogan está
mezclando a Evita con el Islam. En muchas partes de la emergente Asia,
incluyendo China y la India, el capitalismo de amigotes sigue siendo la orden
del día. La desigualdad está alimentando la misma rabia que produjo a los Perón.
La lección de la parábola de
la Argentina es que un buen gobierno importa. Tal vez se ha aprendido. Pero lo
más probable es que dentro de 100 años el mundo va a mirar hacia atrás a otra
Argentina -un país del futuro que quedó atrapado en el pasado…”
INTERPRETANDO “LA PARÁBOLA
DE ARGENTINA”…
¿Cómo
es posible que Argentina siga siendo un país subdesarrollado?. Esta es la
pregunta que intenta contestar el citado artículo y que levanta polvareda
allende los Andes (muy probablemente, pocos hayan leído el artículo completo).
Y la respuesta es clara: tener un buen gobierno realmente hace la diferencia. No
se puede progresar por la vida con gobernantes ignorantes, ineptos e incapaces.
Y Argentina no ha tenido los gobiernos que sus talentos y recursos se merecen.
Sus
líderes políticos tienen un desparpajo tremendo. Hablan en cadena nacional y se
dirigen a su militancia; los demás, los que no piensan como ellos, son
enemigos…Todo blanco o negro…El debate y la confrontación libre de ideas no
prospera entre tanto fanatismo y barras bravas; la razón ha dejado de ser un
instrumento en Argentina y el tum-tum-tum de los bombos impide dialogar y solo
permite gritar.
Y
por sobre todo, emerge la megalomanía galopante que los lleva a decir que “debemos
marchar hacia la utopía de una sociedad absolutamente igualitaria” mientras ellos,
los políticos, se enriquecen a manos llenas, jactándose en la cara de todos que
lo han logrado en forma honesta. Por ejemplo, la actual presidenta es ya una
multimillonaria hotelera y empleada pública; no ha inventado nada que haya
cambiado la vida de la sociedad argentina, pero se ha enriquecido como pocos…Al
final, el camino a la igualdad kirchnerista es premiar al vago mientras los
jóvenes que se esfuerzan y estudian, deben trabajar al mismo tiempo para poder
vivir.
Hablan
de éxitos futuros de una manera recurrente y culpan a todos de sus actuales fracasos;
mienten por siete años respecto de la inflación…Y la culpa de todo la tienen
los empresarios “que son los que fijan los precios”, los titulares de los
diarios, el neoliberalismo y las decisiones que se tomaron en la pasada década del ’90…
Y
ellos, el gobierno ¿no tienen responsabilidad alguna?, ¿quién está gobernando
entonces?...
LA MENTIRA KIRCHNERISTA, LA
INFLACIÓN Y LA RECETA DE LOS PRECIOS CUIDADOS…
Estos
son tiempos para que las sociedades modernas exijan de sus gobernantes un cierto
nivel mínimo de cultura en grandes temas. Por ejemplo, un gobernante no puede
ser un ignorante económico y un mentiroso…¿Es posible creer que por siete años
el gobierno estuviera mintiendo respecto de la inflación?. Todo el mundo sabía
que las estadísticas económicas en Argentina se “cocinaban” con el fin de
engañar a la población y a las instituciones internacionales…¡Y a pocos
argentinos parece importarle que su gobierno les haya mentido en su propia
cara!....Solo resta preguntar si el resto de los indicadores estadísticos
¿están manipulados?.
Respecto
de la inflación, lo paradójico es que, ahora, el gobierno quiere resolver el
problema con aprietes, amenazas, persecuciones, instigaciones a la violencia
contra empresas…Todo por fuera de la legalidad democrática. Además, incentiva
los denominados “apagones de consumo” que consisten en que las personas no
compren productos para no pagar los “precios abusivos de los
empresarios”…¡Increíble: los argentinos ven reducido su bienestar por las
decisiones de estos gobiernos y por propia decisión dejan de consumir para
continuar apoyando a este gobierno!.
Los
intentos anteriores muestran, a las claras, la escasez de ideas que tiene el
equipo económico de gobierno para contener el alza de precios. La ignorancia
económica de estos gobiernos ha conducido a este problema de la inflación por
medio de una sobredosis monetaria y un galopante déficit fiscal, al atraso del
tipo de cambio, evaporación de US$ 28.000 millones de reservas, la devaluación
del peso…Y como viene ahora la negociación salarial, la inflación ha llegado
para quedarse…¡Y la muchachada con el bombo en las calles continúa
gritando…Cristiiiinaaa…Cristiiinaaa…!
Y
esta ignorancia económica del gobierno para controlar la inflación lleva a
crear el programa de “precios cuidados” que consiste en una canasta de productos
de consumo que mantendrán sus precios fijos, los cuales podrán ser controlados
por los ciudadanos mediante apps para smartphones…¿Qué les parece?, ¿quién
determina la canasta de productos que debe incorporarse?, ¿Quién define los
precios de dichos productos?...Y, lo más importante, ¿qué creen ustedes que
pasará?. Sin mucho pensarlo resulta obvio que, ahora, si alguien encuentra un
producto de “precio cuidado” equivale a encontrar una perla y …¿Por qué se
implementan estos programas propios de una mentalidad ignorante en economía?.
La
primera consecuencia de la implementación de los “precios cuidados” es el
surgimiento de la escasez. La fijación coactiva de precios máximos genera la ilusión
de que los consumidores puedan comprar la cantidad que quieran de un cierto producto
a un precio inferior al de mercado, y como la demanda supera a la oferta a
precios inferiores al de mercado se produce el efecto esperado: escasez. Por lo
tanto, con precios máximos existen compradores potenciales que, no obstante
hallarse dispuestos a abonar el precio fijado por la autoridad o incluso
superior, no pueden comprar. La conclusión es que si la autoridad pretende
impedir que la suerte o la violencia gobiernen la distribución de los bienes
existentes y desea evitar el caos... resulta ineludible implantar el
racionamiento.
La
segunda consecuencia indeseable del programa de “precios cuidados” es la expulsión
del espíritu empresarial de los sectores intervenidos por el Estado. Se produce,
entonces, una escasez estructural. Si planteamos que la función empresarial es
la innata capacidad de todo ser humano para darse cuenta de las oportunidades
de ganancia que surgen en su entorno y actuar en consecuencia para aprovecharse
de las mismas, entonces, ante la imposibilidad de obtener beneficios legalmente
por culpa de los precios máximos los empresarios desvían su actividad hacia
sectores no intervenidos, agravándose aún más el problema de escasez. Y, como
solución final a la escasez provocada por la fijación de precios máximos, surge
el mercado negro.
Los
efectos anteriores los sabe cualquier estudiante de economía de primer año…¿Cómo
no los saben ciertos gobernantes?.
IGNORANCIA ECONÓMICA Y
ESTADO MÁXIMO.
Vamos
a las causas de la implementación de estas políticas fracasadas. Ya lo hemos
dicho: la más relevante es la profunda ignorancia económica de los últimos
gobernantes que no son capaces de entender que el crecimiento económico es un
proceso virtuoso que se sostiene solo en una sociedad libre, abierta y extensa;
el crecimiento económico no llega de parte del Estado…Los Estados solo reparten
pobreza.
El
gran problema de Argentina y Latinoamérica es que tenemos gobernantes que no
creen en el libre mercado y por eso no lo promueven. Es más, promueven la
concentración económica con legislaciones interventoras que, con la intención
de defender “al pueblo”, terminan perjudicándolo al concentrar la oferta
productiva.
Así,
para un consumidor típico, las consecuencias de la inflación son muy conocidas:
la gente siente que ya no les alcanza el sueldo para mantener su nivel de vida
y procurarán aumentar sus ingresos o recurrir al endeudamiento, de lo contrario
tendrán que experimentar una fuerte caída en su nivel de vida. Además, cuando el
poder de compra disminuye, los trabajadores tienden a demandar un aumento en
los salarios y si lo consiguen las empresas trasladarán el aumento de costos al
precio final del producto, creándose una espiral inflacionaria.
Al
mismo tiempo, los mercados más rentables en Argentina está controlados por
oligopolios, creados por una regulación interventora de los mercados (¿se han
preguntado ustedes ¿Por qué razón las empresas y supermercados acceden [casi]alegremente
a las nefastas políticas socialistas) que terminan propiciando mercados laborales
con muy poca profundidad y escasa demanda, excepto para cubrir empleos de mínimas
competencias. ¿Saben ustedes que el salario mínimo de un camionero es $10.000 y
el de un médico es de $7.000?, ¿Cómo es posible que un camionero tenga un mejor
salario que una persona universitaria con años de estudio? (la respuesta es
fácil: los camioneros tienen la capacidad de movilizarse y fijar su salario). Y
algunos continúan teniendo fe y se pasan la vida estudiando; después del
pregrado, los postgrados y los postdoctorados; aprenden tres idiomas…Todo mientras
trabajan de garzones o ayudantes de cocina por $3.000 al mes…con la esperanza
de ganar $5.000 al mes.
Pero,
al igual que en muchos países de Latinoamérica, hace ya demasiado tiempo que
hacer estos méritos dejó de ser garantía para el éxito laboral y económico, a
no ser que esté arrimado a un árbol, ya sea ideológico (hasta hace poco, la
clave era ser kirchnerista) o laboral…Entonces, una persona común y corriente, ¿qué
saca con estudiar como animal si va a terminar trabajando como analista por el
resto de su vida en una empresa sin futuro por $6.000 al mes?.
Así,
las consecuencias circulares de las políticas peronistas –la concentración
económica- produce una manifiesta desigualdad que es usada como arma de combate
para atacar a los adversarios e imponer la receta: el Estado tiene la solución
a todos nuestros problemas, ¿Cómo no lo pensaron antes?. Es decir, más
regulación, menos competencia, más desigualdad, más Estado…Y así suma y
sigue…¿En dónde debiera terminar todo?. Como los privados son “malos”, el
Estado debiera asumir el control de la sociedad…¡Adiós a una sociedad libre,
abierta y extensa!.
¡Aumentar
el tamaño del Estado!. Esta es la solución socialista…Vea la televisión y escuche
a los sesudos analistas y patriotas…Todos parecen concordar que se debe exigir
un mayor Estado interventor que debiera regular hasta la hora que debemos ir al
baño. Más populismo, más Estado…Más Estado y más militantes barras bravas que puedan
defender “la obra fundacional”. Y el grito de la militancia es que “todos somos
iguales”, todos debemos tocar el bombo…para acallar los pensamientos
conformistas…
Y,
así, los más vivos han descubierto la piedra filosofal para enriquecerse:
seguir la carrera de político profesional financiado con el dinero de todos los
contribuyentes. Por lo tanto, los políticos profesionales, por su propio
interés, promueven un Estado gigantesco y no les interesa si es inepto o no…¡Al
final, la democracia es la perfecta excusa para culpar a los ciudadanos de los
presidentes que eligen!...
Revise
a los políticos más conocidos…¿tienen algo en común?. Viajan y disfrutan de la
vida como si fueran potentados que mejoraron la vida de sus conciudadanos de mil
maneras…¿en que nos han mejorado la vida?. Han propiciado Estado interventores,
ineficientes y corruptos, en los cuáles nada funciona…Excepto, en limitar a las
personas para que produzcan…
¿Qué
tipo de instituciones es la más temida por un ciudadano latinoamericano?. Cualquier
persona que posea ingresos está condenada a tener como socio al Estado, dueño
del lugar en el que usted está caminando o está sentado, que se apropia de un
50% y sin pestañear. Así, pagamos por servicios inexistentes: una salud
miserable, una educación de las peores del mundo, una seguridad inexistente…Y
si no pagamos, surgen las temidas instituciones persecutorias
impositivas…¡Tratan de ladrón a la persona que no paga impuestos…cómo si ese
ingreso lo hubiera obtenido el Estado…y se obtuvo pese al Estado!...
Al
final, lo que sufre Argentina, lo sufre todo Latinoamérica porque no tenemos
gobiernos ni instituciones que velen por los ciudadanos. Cada ciudadano debe sobrevivir
con lo que puede mientras le llenan la cabeza de basura…Por eso, como el circo
futbolero es pasión en Argentina, el Estado lo interviene y lo hace gratuito
desviando recursos de otras prioridades…¡Ahora gracias al Estado argentino
podemos ver comer y beber fútbol!...¿las ciudades están inseguras?. Cállate. La
ideas es evitar que la muchachada piense por si misma…¿Puede haber algo más
peligroso (o imposible) que una muchedumbre pensando por sí mismo?. Despreocúpense:
la muchedumbre y la muchachada ahogan a los individuos…
En
resumen, los socialistas destruyen países al pretender que el estado gaste más
de lo que su población puede pagar. ¿Y cuál es el ciclo destructor?. En primer
lugar, aumento sostenido del gasto público para entregar regalías “al pueblo”;
aumento de los impuestos para financiar las regalías; persecución fiscal a los
morosos; estatizaciones y expropiaciones de empresas rentables; aumento de la
cantidad de dinero (los bancos centrales independientes deben ser eliminados); surge
la inflación; más regulaciones y más trabas; más inflación; restricciones
monetarias y cepos cambiarios; estado policial y persecución de personas;
fijación de precios máximos o precios cuidados; surge la escasez; la gente
comienza a protestar; el Estado reprime a los “reaccionarios”, “sediciosos”, “golpistas”
(¿le suena a Venezuela?); miseria generalizada.
Los
gobernantes ignorantes les prometen soluciones y les imponen un Estado que les
dice lo que deben comprar, cuando comprar y porque comprar. Y así, después de años
de promesas de “igualdad para todos”, el asistencialismo socialista consigue
convencer de que solo administra la pobreza que ha engendrado…
¿Y
para eso necesitábamos tanto bombo…?.
PANORAMA Liberal
Martes 18 Febrero 2014
Esto es lo mismo que esta pasando ahorita en Venezuela
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