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domingo, 2 de septiembre de 2012

Negocios DE LA RABIA AL MONOPOLIO DE LOS SMARTPHONES DE STEVE JOBS

El intento de monopolización de Apple-Microsoft no puede ser ignorado porque detendrá la innovación en una industria que requiere libertad como nosotros necesitamos el aire, ¿podremos salir de esta?

No hay buenas noticias para la innovación y la competencia en los mercados tecnológicos desde que la amenaza de Steve Jobs se concretó con el juicio que Apple-Microsoft le han realizado a Samsung porque las primeras consideran que la empresa coreana le ha copiado sus ideas. Sin embargo, en la mira de Apple también está Google con su sistema operativo Android.

¿Qué está pasando en la industria de la tecnología que se ha llegado a estos extremos?, ¿Qué impacto tendrá en la industria estas acusaciones de copia y robo intelectual?, ¿Qué hay de cierto en dichas acusaciones?

LA RABIA DE JOBS.

En la biografía autorizada de Walter Isaacson, Steve Jobs reconocía su rabia al hablar de Android, el sistema operativo móvil de Google que consideraba una copia del iPhone. Y, en este sentido, le dijo a su biógrafo, que “Android es producto robado" y que estaba "dispuesto a lanzar la guerra termonuclear por esto". Pero, hasta el momento, Apple no ha ido a la guerra con Google sino que ha demandado a los fabricantes de celulares que usan el Android en sus productos, como Samsung, al que se le impuso una multa de más de US$1.000 millones por haber violado algunas patentes de Apple.

¿Por qué Samsung?. Apple y Microsoft han demandado a los fabricantes de teléfonos porque es mucho más fácil calcular las indemnizaciones que les pueden imponer a esas empresas de acuerdo con las pérdidas provocadas a las demandantes por la venta de teléfonos que violan patentes. Lo anterior, porque Google hace el software Android pero deja la fabricación de los teléfonos y la adecuación de rasgos específicos de Android a otros, como Samsung, HTC y Motorola. Y Google da el software Android a los fabricantes sin cargo. Gana con Android, en cambio, de modo indirecto, vendiendo avisos en celulares, junto con aplicaciones y medios en su tienda Google Play. Por eso, es difícil para Apple-Microsoft demostrar que Google obtiene beneficios mediante violaciones de sus patentes, o que Google y no los fabricantes de hardware, es responsable directo por pérdidas potenciales causadas a Apple.

EL MONOPOLIO DEL SMARTPHONE DE JOBS

El solo hecho de que Apple y Microsoft sean socios en este litigio da mucho para pensar. En primer lugar, es clara la intención de monopolizar el mercado tecnológico para obtener los enormes beneficios que genera porque Android activa más de 600 mil dispositivos por día, por medio de una red de 40 fabricantes y cerca de 300 operadores. Una competencia tan intensa da como resultado el surgimiento de nuevos dispositivos y fantásticas aplicaciones móviles para los consumidores ávidos de nuevas mejoras.  Es este éxito el que molesta a Apple-Microsoft.

Por lo tanto, ambas empresas han liderado una campaña hostil, asociándose para adquirir viejas patentes de Novell y Nortel, con el fin de asegurarse de que Google no tenga esas patentes; les garantice un cobro por licencia de 15 dólares por cada dispositivo Android vendido; desean aumentar los costos para los fabricantes de teléfonos que usan Android, etc.  Una patente permite proteger la innovación y la invención, pero es dudoso patentar conceptos.

Por ejemplo, ¿Qué dirían ustedes si se les dijera que Apple ha patentado el concepto “smartphone” o teléfono inteligente?. La autoridad respectiva les ha concedido la patente para que un teléfono móvil se convierta en smartphone y que abarca desde la forma de visualizar como una lista los correos electrónicos, los mensajes o contactos del teléfono, el reproductor de vídeo, el calendario, el navegador, la cámara de vídeo y fotos, las búsquedas, los mapas, las notas y los widgets. Es decir, todo. Incluso, ha patentado los widgets, aunque no se vean, y las interfaces multitáctiles.

En resumen, la patente cubre todo, y equivale a que Ford patente la forma de un automóvil, las luces, las ruedas, los asientos, las puertas, los colores, etc. En otras palabras, la autoridad de protección intelectual de EEUU, en defensa de la innovación, ha ido más allá de lo aconsejable: está impidiendo que la industria se desarrolle en un ambiente libre.

La clave en las industrias competitivas no es la innovación básica sino la frecuencia con que se incorporan nuevas innovaciones, pero la coalición Apple-Microsoft solo desean obtener su tajada del pastel. Al parecer, la desaparición de Jobs ha liquidado la capacidad de innovar de Apple y ahora pretende convertirse en una empresa rentista que vive de las creaciones del pasado. Y ese es el primer paso para desaparecer del mercado…siempre y cuando no acudan en tu defensa los burócratas estatales de buenas intenciones que al final siempre nos terminan haciendo más pobres.

El peligro está en que Apple-Microsoft podrán hacer más costoso a Android como sistema operativo; más costosos los productos de las empresas como Samsung o Motorola; y podrán perseguir judicialmente a los desarrolladores que suban sus aplicaciones a la Play Store. Este es un esfuerzo público por parte de Apple-Microsoft de intentar monopolizar el mercado de los smartphones, con el apoyo de los burócratas de poco sentido común.

Steve Jobs era un genio innovador, pero el proceso de la innovación lo están destruyendo los que lideran su propia empresa, ¿podrá ser más paradójico?.

PANORAMA Liberal
Domingo 2 Septiembre 2012

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