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domingo, 8 de mayo de 2011

MERCACHIFLES Y MERCANTILISTAS


Un mercachifle es aquel hombre molesto que anda en su viejo carromato y que grita todos los fines de semana para que le compren o le vendan algo. En ningún caso, dicha expresión debe ser entendida en forma despectiva, sino como una  constatación de la realidad. 

Y respecto a esto, escuché lo siguiente hace algún tiempo: “en Chile los empresarios son solo mercachifles…no se les puede pedir que vayan más allá, y como mercachifles que son, solo les preocupa el corto plazo…¿largo plazo?, imposible….¿los trabajadores?, si no les gusta la pega se van…”

¿Son los empresarios chilenos puros mercachifles?

Al principio la idea me pareció agresiva e insolente, puesto que ser comerciante o mercachifle también era una manera legítima de ganarse la vida. Y con mayor razón si se aportaba. Pero, la cuestión es: ¿necesita Chile puros mercachifles o necesitamos otro tipo de empresario?

Un mercachifle típico solo toma medidas de corto plazo. Por ejemplo, veamos el día a día de un mercachifle:
  - Se despiertan muy temprano pensando en abrir su negocio,
  - Luego de abrir su negocio, revisa cuanto efectivo dispone para el día,
  - Revisa si debe llamar proveedores de sus materias primas, le cobran proveedores,
  - Atiende clientes, clientes y clientes,
  - Saca dinero de la caja para pagar sus cuentas del día a día,
  - Tarde en la noche, cierra el negocio y se va a la casa,
  - Se acuesta muy tarde, pensando que pronto tendrá que abrir su negocio de nuevo…

En realidad la vida de un mercachifle es poner al alcance de las personas bienes y servicios de la manera más económica posible. Necesitamos mercachifles, pero también necesitamos ir más allá. Claro, no es necesario ir al extranjero a buscar emprendedores para que vengan a emprender a Chile.

Así, estoy llegando a la convicción de que estamos llenos de mercachifles y lo que es peor, tenemos mentalidad de mercachifle. Por ejemplo, he conocido mercachifles que pagan $200.000 a todos sus trabajadores por parejo, sin diferencias; pagan bonos de una manera discrecional; empeoran la calidad de los productos que venden en vez de mejorarlos; prefieren echar trabajadores antes que capacitarlos porque temen que vayan a la competencia; toman decisiones en el baño y no con la almohada; ….

Los mercachifles mercantilistas

En otras palabras, al parecer, y debido a nuestro Modelo Económico de Bajo Costo, hemos procreado una nueva casta de mercachifles tipo mercantilistas. Esta última era una serie de doctrinas y prácticas que se desarrollaron en Europa en los siglos pasados, y que se caracteriza por una fuerte injerencia del Estado en la economía, debido al triunfo de las monarquías absolutas. Así, el mercantilismo requiere un Estado fuerte, protector, reglamentador e interventor en todos los aspectos de la vida económica.

El mercantilismo sostiene que la prosperidad de un país radica en la mayor cantidad de metales preciosos (oro y plata) que se posea dentro de sus fronteras. Para esto se debe elaborar productos indispensables, aumentar las ventas en el exterior y restringir las compras. Y para esto el Estado era indispensable. Hoy, nuestros mercachifles piden a gritos la intervención en el mercado cambiario para controlar la apreciación del peso…

Finalmente, estoy revisando mis opiniones y comienzo a creer que la creencia de que seremos un país desarrollado pasa necesariamente por tener un empresariado desarrollado, que sea la tercera derivada de un mercachifle tipo mercantilista.

¿Será posible?

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