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miércoles, 16 de febrero de 2011

UN PELIGROSO PRECEDENTE


Se comenta en The New York Times que desde hace un mes, en Rumania, los adivinos, brujos o similares deben pagar impuestos por su actividad comercial. Y ahora el parlamento está considerando una modificación legal para llevarlos a juicio y encerrarlos si sus predicciones no son certeras.

La superstición se está tomando en forma seria y al gobierno le interesa aumentar sus ingresos. Así, los adivinos y adivinas requerirán un permiso y entregar boleta a sus clientes, debiéndose instalar a cuadras de colegios e iglesias.

Con todo, plantean que no debieran ser encerrados por sus errores porque podría sentar un peligroso precedente, ¿y si deciden adoptar una ley similar para los pronósticos de los economistas?, ¿para los columnistas de la prensa?, ¿para los políticos que no cumplen sus promesas?. Y ¿que podría pasar si nuestras propias autoridades deciden regular esta actividad?.

No extraña que algunos gobiernos, en su afán de aumentar sus ingresos, alargan sus tentáculos a las actividades más impensadas. Lo que tampoco extraña es que los adivinos, que lucran viendo el futuro de los otros, no hayan anticipado esta situación.

¿Serán nuestros adivinos mejores que ellos?

1 comentario:

  1. En Chile tendrian harta pega con la sarta de tipos que predicen terremotos, maremotos y catástrofes de ese tipo...y no es mala idea despues de todo

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