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miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL OTRO LADO DE LOS FERIADOS IRRENUNCIABLES

Hemos sostenido que los feriados irrenunciables reducen nuestro bienestar: para que ganen unos pocos, muchos pierden en comodidad, placer y bienestar.

¿Cómo se puede sostener tamaña lesera?...Por supuesto, la explicación es que “los trabajadores necesitan descanso para estar con sus familias”…a costa de todos los demás que debimos aguantar por 3 días la incomodidad de los locales cerrados…

Sin embargo, ahora tocaremos la otra pata de la mesa:

¿Qué pasa con el empresariado que no es capaz de proponer medidas alternativas en la cual ganen todos?,

¿Qué está esperando el empresariado para que les impongan el domingo como feriado irrenunciable?

Al parecer, ciertos empresarios se están convirtiendo en rentistas y gestionan sus negocios desde los pisos 40 de sus edificios o desde miles de kilómetros de distancia, sin involucrarse en lo más mínimo con la gestión de detalle. Así, la presencia de sindicatos de trabajadores del comercio en el congreso para decretar los feriados irrenunciables habla mal de la RSE que estas empresas pregonan a los cuatro vientos.

Si el empresariado fuera competente y apto para la actividad, debieran entonces proponer a los trabajadores y sindicatos mejores condiciones laborales en términos de horarios y condiciones salariales. Por ejemplo,
• Aumentar el sueldo base a valores atractivos
• Aumentar el valor de la hora extra en 5, 10 o más veces el valor normal,
• Mejorar los horarios de los turnos
• Vacaciones pagadas para los trabajadores más productivos

POr lo tanto, cuando surjan estas iniciativas los primeros defensores serán los propios sindicatos y trabajadores solo interesados en velar por sus intereses (como debe ser).

Algunos se reirán de estas “soluciones” pero la única manera de evitar ver en el futuro el surgimiento de “feriados irrenunciables” es conseguir una real alianza entre empresario y sindicato, que desactive cualquier intento de los progresistas e ingenieros sociales siempre preocupados del “bien de todos”, y el de ellos especialmente.

¿Es apto nuestro empresariado para ver más allá de sus narices?...el tiempo corre...

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