EL PROBLEMA DE LA EDUCACION, ¿RESPONSABILIDAD PÜBLICA O PRIVADA?

La educación es una palabra que está en boca de todos y que proviene del latín educere que quiere decir "guiar, conducir" y educare "formar, instruir". Además, se le puede definir como “el proceso bidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar”.

Dada su relevancia, la “educación” está permanentemente en el tapete de la discusión pública y resalta aún más debido a la persistencia de malos resultados en la medición de resultados como el Simce y otros.

El hecho que un país disponga de una población educada es vital para crecer y desarrollarse. Sin embargo, algunos grupos de poder tienen la extraña creencia que profundizar la educación pública mejorará la calidad de ella cuando la realidad indica que sucederá exactamente lo contrario. La evidencia muestra que la educación mejora cuando las familias asumen su responsabilidad en la educación de sus hijos y no la traspasan a un tercero. Pretender que el Estado se haga responsable de la calidad de la educación no va en la orientación de empoderar a las familias, personas y hacerlas más proactivas e independientes, sino la de hacerlas más dependientes, irresponsables e indolentes.

Finalmente, el que algunos crean que la calidad de la educación mejorará por arte de magia solo por la intervención del Estado, es una muestra más de las ilusiones que se generan y validan socialmente.

El deber del Estado es crear los estímulos necesarios para que sean los privados y las personas las que actúen en consecuencia. Una buena educación se adquiere después de un trabajo arduo, concienzudo, basado en la disciplina, buenos hábitos y autoresponsable, y no es derecho gratuito y que no tiene costos.

¿Queremos reformar la educación?. Devolvamos, entonces, la responsabilidad a las familias de matricular a sus hijos en los colegios con los proyectos educativos que los satisfagan de modo que dejen de buscar culpables y lavar sus culpas en una entidad como el Estado.