Caminar hoy por las calles de Santiago es una demostración palpable del conmovedor espíritu de emprendimiento del espíritu humano que muchos quieren estatizar a fuerza de normas y leyes, y mucho clientelismo.
El comercio ambulante, denostado y perseguido por la autoridad, se despliega espontáneamente creando valor para ellos y los que compran sus bienes y artículos. Resulta difícil de imaginar el resultado si todos estos comerciantes ambulantes tuvieran alguna real alternativa de ingresar a la economía real, pero a los socialistas que gobiernan solo les interesa estar bien con las asociaciones empresariales que les financian sus campañas o les cantan “feliz cumpleaños”.
Dudoso contubernio, mientras los verdaderos emprendedores luchan en las calles por una miserable utilidad.
Podrá argumentarse que tras ellos se escuda la delincuencia o que no pagan impuestos, pero la fuerza de su presencia es conmovedora. Cada uno de ellos es una flor en el desierto que debiera ser cultivada, pero en nuestro contaminado ambiente es solo una flor que debe ser arrancada.
La única razón para apoyar con planes precisos a estos emprendedores callejeros es que poseen el espíritu y las ganas para progresar con su propio esfuerzo, ¿porqué a nadie pareciera interesarle?, ¿será que no forman un gremio con caras visibles ?.
El socialismo, en todas sus variantes, es la más perfecta máquina de creación de pobreza que haya inventado el ser humano con las mejores intenciones (“el camino al infierno está empedrado con buenas intenciones”). Mantener un enorme capital de emprendimiento en las calles es un desperdicio inaceptable.
La única razón por la cuál el capitalismo es el único modelo perfeccionable de generación de riqueza es que depende del esfuerzo personal y no de las dádivas de terceros benevolentes y de “buenas intenciones”.
El capitalismo no es grato a los ojos del flojo, parásito, indolente y socialista. El capitalismo es la llave maestra para que progresen los que tienen la fuerza vital en su interior.
Recuerde: Capitalismo es más Riqueza
El Genio de la Libertad conduciendo al León de la República.
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